Mientras el mundo mira horrorizado la masacre en la Franja de Gaza, Israel está llevando a cabo la anexión de facto de numerosos territorios palestinos en Cisjordania. El avance de los colonos, es decir, de civiles israelíes armados que hostigan a la población autóctona y se asientan en sus tierras, se ha acelerado desde los ataques de Hamás del 7 de octubre. Sin embargo, el fenómeno no es nuevo. Según los datos de Peace Now, entre 1998 y 2025, las declaraciones oficiales de tierras palestinas como israelíes han alcanzado los 54 kilómetros cuadrados. De facto, el territorio ocupado por colonos es mucho mayor.
A finales de agosto, el Gobierno israelí anunció que había aprobado la creación de unas 3.400 viviendas en los territorios palestinos próximos a Jerusalén Este. El nuevo asentamiento permitiría la continuidad territorial entre Jerusalén y Maale Adumim, una de las mayores colonias israelíes de Cisjordania. No satisfecho con ello, Bezalel Smotrich (Sionismo Religioso), ministro de Finanzas del Gobierno israelí, anunció en la primera semana de septiembre que propondría a Benjamín Netanyahu la anexión del 82% de Cisjordania. Tanto los nuevos como los antiguos asentamientos israelíes en este territorio incumplen varias resoluciones del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas.
Para que la usurpación de tierras palestinas sea posible, es precisa la eficaz colaboración de los colonos israelíes, quienes llevan años ampliando de facto las fronteras de Israel y expulsando a la población autóctona. La técnica tiene siempre sigue el mismo patrón: acosan y maltratan a los palestinos, además de quemar sus cultivos y asesinar su ganado, impidiendo su subsistencia. Esto es algo relativamente fácil de conseguir debido a la desprotección que enfrentan los palestinos que viven en estas regiones de Cisjordania. Muestra de ello es el hecho de que muchas de las viviendas de palestinos construidas ahí son ilegales a ojos de la administración israelí.
Es Tel Aviv quien debe otorgar los permisos de construcción en ciertas áreas de Cisjordania, lo cual es imposible de conseguir para la población árabe. La Oficina de Derechos Humanos de la ONU (OCHA) lleva años denunciando esta práctica en sus sucesivos informes de situación. Cada tanto, bulldozers apoyados por las Fuerzas de Defensa Israelíes (FDI) llegan a las comunidades palestinas a arrasar lo construido. Escuelas, parques, granjas y viviendas quedan reducidos a escombros en minutos.
Paralelamente, las FDI llevan a cabo sus propias escaramuzas: irrumpen en los hogares palestinos por la noche, detienen a algunos de sus miembros –sobre los que, en muchas ocasiones, no pesan ningún cargo–, cortan carreteras e impiden el paso de vehículos dificultando la movilidad de la población. Como explicó el exsoldado israelí Yehuda Shaul a este periódico, el objetivo de las FDI es hacer notar su presencia. Es decir, «que cada palestino tenga el sentimiento de que estamos en su nuca y de que nunca va a saber cuándo vamos a llegar, qué vamos a hacer, cuándo va a empezar, cuándo va a acabar».
Este papel se complementa con el inmovilismo de las FDI cuando los colonos atacan a la población palestina. En su rol de observadores, las autoridades israelíes no intervienen ni impiden los pogromos. Tampoco llevan a cabo investigaciones sobre los asesinatos de la población palestina y obstaculizan la atención médica a aquellos que han sido heridos, tal y como explicó recientemente el periódico israelí Ynet en un artículo. En muchas ocasiones, cuando la expulsión de la población autóctona es un hecho consumado, el Knéset –Parlamento de Israel– aprueba leyes para anexionar dicho territorio a Israel.
La intervención de los colonos tiene así un papel crucial en la anexión de Cisjordania. Sus ataques físicos y sus discursos prenden la mecha de la violencia en estos territorios, donde entre el 1 de noviembre y el 31 de octubre ya habían sido asesinados unos 612 palestinos. Público pone cara a algunos de los líderes colonos que han facilitado la ampliación de las fronteras israelíes a costa de los territorios palestinos. Todos ellos han sido sancionados por algún país del norte global debido a la usurpación de tierras a los palestinos y/o por llamar a la limpieza étnica contra los árabes.
Daniella Weiss: la líder colona que promueve la anexión de Gaza
Daniella Weiss se niega a responder al famoso presentador estadounidense Piers Morgan, cuando este le pregunta qué opina sobre «el hecho de que 20.000 niños palestinos hayan sido asesinados en Gaza desde el 7 de octubre». «Creo que los palestinos deberían enseñar a sus hijos a no odiar y a no matar a los judíos» es la única respuesta que da. La pronuncia con una sonrisa amable en los labios. Su apariencia entrañable contrasta con sus ideas de extrema derecha y racistas, gracias a las cuáles se ha ganado el apodo de la «madrina» de los colonos israelíes.
Weiss nació dos años antes de que se fundara el Estado de Israel, en 1945, cerca de lo que posteriormente sería Tel Aviv. De su familia, emigrantes judíos de EEUU y Polonia, ha heredado buena parte de su ideología ultraortodoxa, sionista y contraria a la presencia de los árabes en la Palestina histórica. Durante toda su vida adulta ha vivido en Kedumim, un asentamiento ilegal erigido en 1975 cerca de Nablus –al norte de Cisjordania– y del que fue alcaldesa durante diez años. Anteriormente había militado en el grupo fundamentalista judío Gush Emunim, que contaba con un brazo armado y que promovía los asentamientos en los territorios palestinos conquistados por Israel tras las guerras de 1967 y 1974.
La promoción de nuevos asentamientos israelíes –únicamente judíos, según sus palabras– en la Palestina histórica, incluida la Franja de Gaza, ha sido siempre el objetivo vital de Weiss. En 2024 organizó un crucero frente a la costa de Gaza para que un grupo de colonos israelíes divisaran la tierra que deseaban conquistar. Debido a sus ideas y a las llamadas de violencia contra la población palestina, Canadá y Reino Unido han aprobado sanciones contra ella en los últimos años.
Yinon Levi: el colono acusado de asesinar a Odeh Hadalin
Fue el Gobierno del anterior presidente de EEUU, el demócrata Joe Biden, el que aprobó sanciones contra Yinon Levi por crear el puesto adelantado –como se conoce a las colonias ilegales de israelíes en territorios palestinos– de Meitarim Farm, al sur de Hebrón. La colonia se situaba cerca de los cultivos de las comunidades palestinas vecinas, algunos de los cuáles fueron quemados, presumiblemente por los colonos israelíes, según informó Associated Press.
La llegada de Donald Trump al poder y la retirada de las sanciones devolvió la impunidad a Levi. El 28 de julio de 2025, se hizo conocido en todo el mundo al viralizarse un vídeo en el que dispara aleatoriamente contra un grupo de palestinos que trataban de evitar que un bulldozer destruyera sus hogares en Umm al-Khair, al sur de la Cisjordania ocupada. Según Yuval Abraham, codirector de No Other Land, una de esas balas perforó el pulmón de Odeh Hadalin, un conocido activista palestino que también había participado en la grabación de la cinta. Así lo certificó el medio +975 Magazine, según las informaciones recogidas por Ara.
Días después, un tribunal israelí ordenó el arresto domiciliario de Levi mientras se investigaban los hechos. Se desconoce en qué punto se encuentra actualmente la instrucción del caso. Actualmente, Canadá mantiene las sanciones contra el colono.
Tziporah Piltz: 23 años en Jerusalén Este
Vive en el barrio árabe de Ras Al-Amud, en Jerusalén Este, y trabaja como guía turística. Sin embargo, los paseos de Tziporah Piltz por el Este de la ciudad santa -considerada por la ONU territorio palestino ocupado ilegalmente por Israel- no tienen objetivos meramente informativos. «Incentivamos a madres e hijas [judías] a que vengan a Israel y les hablamos de la construcción del Tercer Templo», explica al reportero de The Guardian que conversa con ella en un mirador de la disputada urbe. Según Piltz, el Tercer Templo sería el epicentro de la religiosidad judía, tal y como lo fueron los dos anteriores -Templo de Salomón y Templo de Herodes- destruidos hace más de 2.100 años.

Hasta su construcción, la misión de Piltz, es la de alentar la creación del lugar sagrado de los judíos en el lugar en el que actualmente se encuentra la Mezquita de Al-Aqsa, lugar sagrado para los musulmanes. Su creación, cree la mujer, marcará la llegada del nuevo mesías. Para Tziporah Piltz, la presencia de mezquitas y árabes en Jerusalén es sólo «algo temporal». Pronto, explica, los judíos tendrán todo el territorio de la antigua Palestina.
Cuando el reportero le pregunta qué pasará con los palestinos que deseen continuar viviendo en su territorio, Piltz explica que «todo el mundo será bienvenido», pero que «tendrán sus obligaciones» como, por ejemplo, «aceptar que vamos a tener el Tercer Templo». Sin embargo, también sugiere que «existen muchos países árabes alrededor del mundo y nosotros sólo tenemos este territorio. Todo el mundo debe aceptar que este es nuestro territorio».
Yossi Dagan: jefe del Consejo Regional de Samaria
En una entrevista reciente en Haaretz, el politólogo israelí Gayil Talshir afirmaba que el líder israelí de extrema derecha, Yossi Dagal, era uno de los mayores reclutadores de votos para el Likud entre los colonos. Su influencia en el actual Gobierno de Israel se relaciona con el papel que desarrolla en el Consejo Regional de Samaria, autoridad que preside desde hace una década. Este organismo administra los recursos públicos que Tel Aviv destina a los 35 asentamientos israelíes que se encuentran dispersos por el norte de la Cisjordania palestina ocupada. Este vasto territorio es lo que los sionistas denominan Samaria.
Pero el rol de Dagal va más allá de la gestión de las infraestructuras en este territorio. Bajo su mandato, el Consejo ha promovido numerosos eventos para promocionar las visitas turísticas a las colonias y limpiar la imagen que las vincula a la usurpación de tierras palestinas. Dichas actividades van desde las visitas a yacimientos arqueológicos como el de Tel Shiloh, presentado como una prueba más de la veracidad del relato bíblico seguido por los judíos ultraortodoxos, a la financiación de tours para políticos europeos. A finales de 2024, Dagal invitó al líder de la extrema derecha en Países Bajos, Geert Wilders, a visitar el norte de Cisjordania. Poco después, el Parlamento holandés pidió al europeo establecer sanciones contra Dagal.
Bezalel Smotrich: un ministro israelí crecido en una colonia en Siria
Si hay un ministro del Gobierno de Israel que habla en nombre de los colonos ese es el titular de Finanzas, Bazalel Smotrich. Defendió a Yinon Levi y a otros colonos cuando la Administración Biden los sancionó y les prometió que intercerdería por ellos. La retirada de sanciones de EEUU evidencia su logro. La empatía de Smotrich con los colonos no sólo se debe a una cuestión ideológica. El líder de Sionismo Religioso nació en 1980 en Haspín, un asentamiento en los Altos del Golán que según la ONU Israel ocupa ilegalmente desde 1967.

En su juventud se trasladó a Beit El, otra colonia de Israel situada en Cisjordania ocupada. Desde ahí, Smotrich comenzó a trazar su carrera política. Su fundamentalismo religioso le ha llevado a recibir sanciones por parte de Canadá, Australia, Nueva Zelanda, Noruega, Reino Unido, Eslovenia y Países Bajos. La razón por la que estos países le han penalizado es porque consideran que el ministro de Netanyahu, como otros miembros de su Gabinete, incita a la violencia contra los palestinos.
Algunas de sus últimas declaraciones dan fe de ello. Recientemente, Smotrich expresó su voluntad de presentar a Netanyahu un plan para anexionarse el 82% de Cisjordania y en el que únicamente se respetaría la existencia de seis ciudades palestinas: Ramala, Nablus, Belén, Hebrón, Jenín y Tulkarem. El objetivo del plan, según las palabras del ministro, sería lograr «la máxima extensión de territorio con la mínima población árabe», aseguró durante la presentación del documento.