Yolanda Díaz y Podemos intercambian gestos de distensión a la espera de que Sumar se una a la carrera electoral
Tras unos meses muy delicados en los que la relación estuvo en serio riesgo de romperse definitivamente, en el último mes y medio los ánimos se han calmado. Y nadie quiere quebrar el precario equilibrio que se ha conseguido, por lo que las fuentes consultadas tanto de Podemos como del entorno de Díaz son poco locuaces a la hora de analizar la situación de cierta calma que se ha instalado en las filas moradas. Pero los hechos constatan que la comunicación, al menos, es más fluida, y varios dirigentes consultados admiten que hay una cierta distensión en el espacio a la izquierda del PSOE, aunque en Podemos se considera que no habrá avances reales hasta que Díaz anuncie su candidatura y se siente a negociar.
Más allá de esas imágenes de Díaz y Montero, la vicepresidenta también ha realizado en las últimas semanas varios gestos que buscan mejorar las relaciones con Podemos. El más evidente, a ojos de la opinión pública, tuvo lugar hace un par de semanas, cuando Díaz felicitó al partido morado por el noveno aniversario de su fundación asegurando que “Podemos y su militancia abrieron la posibilidad del cambio después de décadas de bipartidismo” y se mostró “convencida de que nos queda mucho por hacer durante la próxima década”.
Podemos y su militancia abrieron la posibilidad del cambio después de décadas de bipartidismo. Felicidades por vuestro noveno aniversario 💜
Estoy convencida de que nos queda mucho por hacer durante la próxima década.
— Yolanda Díaz (@Yolanda_Diaz_) January 17, 2023
Una comunicación más fluida
Pese a este incipiente deshielo, la relación entre Díaz y Podemos dista aún mucho de estar normalizada, aunque sí ha entrado en una fase de mayor calma de cara a lo que se producirá en algún momento del futuro próximo: la negociación que determinará el papel de los partidos, y singularmente del partido morado, dentro de Sumar. Hace unos días, IU planteó abrir ya una mesa entre todos los partidos, grandes y pequeños, que apoyan a Díaz para ir avanzando, algo que Podemos no ve especialmente con buenos ojos porque supondría dar el mismo peso en la negociación a todas las formaciones, sin tener en cuenta su envergadura real.
Pero las cartas llevan meses sobre la mesa. Podemos insiste en que quiere una “coalición” con el “partido” de Díaz, lo que se traduce en que pretende seguir manteniendo su condición de fuerza preponderante a la izquierda del PSOE tanto a nivel de presencia en las listas como a la hora de marcar la línea política. Y la vicepresidenta, por su parte, aspira a una plataforma en la que estén presentes los partidos pero en la que ella, y no Podemos, ostente un liderazgo claro, aunque en las últimas semanas el entorno de la vicepresidenta ha deslizado que es consciente de la singularidad de los morados en el espacio a la izquierda del PSOE.