Sonia Dalton, colectivo de escritores: “Nadie necesita un millón de euros. Y si lo necesitásemos, concurriríamos al Planeta”
Nacida en 1992 en Formosa (provincia de Formosa, República Argentina), creció en Kaohsiung (Formosa, República de China en Taiwán), y solo esa curiosa coincidencia hizo que nos fijáramos en ella. Más aún cuando, al terminar la breve biografía que expone la pequeña editorial Mr. Griffin sobre Sonia Dalton, se explica que es la “cabeza visible de un grupo de profesores, creadores y ensayistas postchiripitifláuticos de habla hispana practicante del performanticismo literario“. Teníamos que saber más.
“Sonia Dalton es cabeza visible de un grupo de profesores, creadores y ensayistas postchiripitifláuticos de habla hispana”
Al abrir Ovnisciencia, su nueva novela, la infinita verborrea de su protagonista y la cara dura de su autora, que combina en una misma página a Nietszche y a Eusebio, la perla negra portuguesa, que lleva a Cochita Velasco a recomendar el Camino de Santiago, decidimos que queríamos entrevistar a Sonia, así que nos pusimos en contacto con su editor, Miguel Riera.
Él, muy amablemente, se ofreció a pasarle un cuestionario a la autora, a la que asegura no conocer personalmente pues toda su relación ha sido vía epístola digital. Pero nos pidió dos favores. No mencionar la situación política de **** (un país asiático que no podemos nombrar), donde supuestamente vive su familia, y que no habláramos de escritores ni futbolistas muertos que no pudieran defenderse. Bien, hemos cumplido nuestra palabra.
Podemos decir que hemos hablado con Sonia Dalton. Sus respuestas se presentan aquí íntegras, sin repregunta posible, y respetadas hasta la última coma (solo hemos añadido en cursiva algunas notas aclaratorias para mejor comprensión del lector). Porque si algo hemos aprendido es que la narrativa para ella no es cosa de risa:
PREGUNTA: La primera pregunta es obligada. ¿Quién es realmente Sonia Dalton?
RESPUESTA: Básicamente una escritora. Vivo de la escritura, la propia y la ajena. Enseño a escribir y aprendo a escribir haciéndolo. Realizo informes literarios para varias agencias literarias. Y escribo colectivamente para evitar la tentación de que se me llegue a considerar una “autora” o, peor aún, una “autoridad” en lo que hago.
P: ¿A quién representa Sonia Dalton? Y sobre todo, ¿qué es el performanticismo literario?
R: Mi nombre es nadie, respondió Ulises a la misma pregunta. A mis coautores, que son varios y cambiantes según el proyecto, no los represento exactamente. Básicamente, no quieren que los textos del colectivo contaminen sus trabajos académicos (y me refiero incluso a la Academia) o el desempeño de sus profesiones liberales (en el cuerpo diplomático, en los grandes despachos de abogados y en el colegio de notarios no perdonan estas cosas).
Mi actividad profesional, en cambio, es prácticamente anónima. Mi nombre les parecía elocuente a todos y yo no tengo nada que perder. Sonia Dalton, soy multitud, como el poeta de la democracia norteamericana. Qué más quisiera la mayoría, que lo son (multitud), pero están más solos que la una. En fin, yo soy la que soy (Éxodo, 3:14).
“Nosotros llamamos performanticismo a la literatura que nunca se rinde, por muchos palos que te den”
Sobre la otra cuestión, el Diccionario de la Lengua Española (RAE™) incluye el anglicismo performance y lo define como “rendimiento”. Bueno, pues nosotros llamamos performanticismo a la literatura que nunca se rinde. Por muchos palos que te den, generalmente los que no dan palo al agua.
P: ¿Desvelarían su identidad a cambio de un millón de euros? ¿O al ser más de tres pedirían más dinero?
R: ¡Uy! Qué raro que todavía maneje el concepto de identidad alguien que no trabaja ni para la Policía Nacional (asumo) ni representa (entiendo) a los nacionalismos periféricos. Pero entraré al trapo. A todos nos gusta nuestro trabajo y ninguno de nosotros necesita un millón de euros. Nadie necesita un millón de euros. Y si lo necesitásemos, concurriríamos al Planeta un par de años. Ya lo hemos hablado. No nos faltan ideas.
P: ¿Dónde surge la inspiración para escribir Ovnisciencia? ¿Leyendo el ¡Hola! o en las cátedras de literatura comparada?
Me hace gracia que me preguntes por el ¡Hola! Como sabe, yo vivo actualmente en Portugal, donde la histórica revista se lee mucho. Pero la gente no la llama Hola, la llama iHola. En portugués no se usa la exclamación inicial y los lectores la toman por una i latina. Así que ya ves, leo el ¡Hola! Bueno, el iHola. Catedráticos conozco muy pocos.
“Nadie necesita un millón de euros. Y si lo necesitásemos, concurriríamos al Planeta un par de años. No nos faltan ideas”
He tenido un par de conversaciones con Pozuelo Yvancos (Catedrático de Teoría de la Literatura y Literatura comparada en la Universidad de Murcia desde 1983), me he intercambiado unos emails con Nuño Remón (Personaje de ‘Borges en Estocolmo’, primera novela de Sonia Dalton, crítico literario en la novela). Poca cosa. Pero estudio más teoría literaria que cualquiera de ellos. O eso me dicen. Pero yo soy, sobre todo, muy de don Claudio Guillén (escritor español) y de don Ricardo Gullón (escritor y crítico español). Guillén y Gullón van más al grano.
P: Para una escritora como usted, ¿dónde empieza la ficción y dónde termina la realidad?
R: Soy fan de la etiqueta ‘no ficción’. Resume perfectamente lo que es cualquier tipo de literatura.
P: ¿Puede la realidad competir con el realismo? O dicho de otro modo, ¿es el realismo una enfermedad de la ficción?
Yo le haría la primera pregunta a la Comisión Nacional de la Competencia ([email protected]). Y la segunda a Susan Sontag, pero el contacto se me antoja difícil. La amo, por cierto. A Susan. Ella encendió la mecha.
P: ¿Por qué construir una ficción a partir de personajes reales o al menos reconocibles?
R: Lo he intentado con personajes irreales e irreconocibles. No hay manera. De verdad. O sea, que porque no me sale bien de otro modo.
P: ¿Ha tenido o espera tener algún tipo de feedback de las personas que aparecen en su novela? Si es así, ¿de qué tipo ha sido o espera que sea?
R: Sí, alguno ha habido. La cosa no ha llegado a tener que pedir orden de alejamiento… pero casi, casi. Confío en que haya sido excepción y que se llegue a manifestar algún aludido bienhumorado. Y, sobre todo, que no nos pase de nuevo lo que nos ocurrió con nuestro primer artefacto, Borges en Estocolmo (De Conatus, 2021), cuando sufrimos airadas reacciones de mencionados, de no mencionados y de medio mencionados.
“Byung Chul Han opina más que habla. Así que si lee ‘Ovnisciencia’ opinaría, sí, y, creo yo, hasta chupinaría”
P: ¿Qué cree que opinaría Byung-Chul Han cuando lea este libro? ¿Y CR7?
R: Byung-Chul Han opina más que habla. Así que opinaría, sí, y, creo yo, hasta chupinaría. Me han dicho que frecuenta los sanfermines. Byung-Chul Han también ha sido dramatizado, por cierto. De la troupe de CR7, sinceramente, la única persona que me gustaría que leyese Ovnisciencia es la trasunto de Loles Leiría. Y que apreciase que ha inspirado un libro que realmente habla de formación, superación y empoderamiento.
P: ¿Qué haría si pudiera tener omnisciencia narrativa? ¿Sobre qué o sobre quién querría saber primero? ¿Es Mario Vargas Llosa un personaje de novela más real que el hombre real?
R: Todo el que narra, y no me refiero exclusivamente a la narración literaria, lo hace desde una posición de omnisciencia. Otra cosa es que se aparente o no que uno se aprovecha del recurso. La narratividad es naturalmente omnisciente como la visión es naturalmente estereoscópica. En cuanto a Mario, no cabe duda de que es uno de los escritores que más se ha narrado a sí mismo. Yo diría que fifty/fifty.
“Mario Vargas Llosa no cabe duda de que es uno de los escritores que más se ha narrado a sí mismo”
P: ¿Esconde Ovnisciencia algún tipo de crítica social o este periodista cultural está, simplemente, viendo gigantes donde solo hay molinos?
R: Es que no la esconde. Puede el periodista ahorrarse la visita al loquero u oftalmólogo.
P: Tiene esta novela un sentido del humor muy pronunciado y, sin embargo, me parece una novela muy digna. ¿Por qué la dignidad y el humor están tan enfrentados en la literatura? ¿Por qué se pone habitualmente tan seria la literatura cuando habla de sí misma?
R: La literatura, como la mecánica clásica, parece actualmente regida por una ley de la gravedad. ¿Por qué? Ni idea. Tal vez porque personajes como Rabelais, Cervantes, Laurence Sterne, Kafka, Mary McCarthy, Bohumil Hrabal o A. M. Holmes dan cierto pánico. En parte, porque escribieron insuperablemente y, en parte, porque a nadie le gusta salir mal en la fotografía.
“La literatura, como la mecánica clásica, parece actualmente regida por una ley de la gravedad”
P: ¿Para qué cree usted que debería servir la literatura? ¿Para qué espera que le sirva a usted? ¿Dinero? ¿Fama? ¿Prestigio? ¿Premios?
R: Para que cada cual la disfrute como mejor le parezca. Y a mí, como escritora, para intentar conseguirlo. En esto la literatura no se diferencia mucho de degustar a María Jesús y su acordeón, musicalmente hablando.
P: ¿Cuál es el mejor libro que ha leído este año Sonia Dalton?
Oblómov, de Iván Goncharov (escritor ruso fallecido en 1891). Pero también disfruté mucho releyendo Madre coraje, la biografía de Dolores Aveiro, y, más recientemente, leyendo Mi vida, la de María Jesús y su acordeón.
P: Me dijo su editor que no le preguntara por la situación en **** (un país asiático que no podemos nombrar) ni por ningún escritor o futbolista fallecido. Soy muy respetuoso y no lo haré, pero me gustaría saber, teniendo en cuenta el contexto histórico socio cultural en el que se encuentra occidente y la evolución de la novela hacia la autoficción, alejándose cada vez más del género tal y como lo concibieron en el siglo XVII, si Sonia Dalton tiene un favorito para esta Eurocopa que se está celebrando en Alemania.
R: ¿Con qué selección juega Toni Kroos? Pues esa.
P: Y ya que estamos, viendo cómo el fútbol de toque gana enteros y hasta el club más triste de Tercera saca el balón jugado desde su área, si tiene otro favorito para el Nobel de este próximo mes de octubre.
R: César Aira.