Y la moto sustituyó al caballo del ‘western’: la eterna fascinación por las dos ruedas
‘Bikeriders. La ley del asfalto’ nos devuelve una modalidad genérica que causó furor en los años 60, el cine de moteros, aunque también se rodaron muchas otras películas en las que la moto, desligada de las bandas, se convertía en objeto excepcional: representaba movimiento, libertad, rebeldía, contracultura o fascinación por el riesgo y la velocidad.
La moto estuvo muy presente en aquellos años tanto en el cine de serie B como en el independiente. Pero ya antes, en 1953, se había realizado una película importante sobre este fenómeno, ‘¡Salvaje!’. Marlon Brando encarna al jefe de una banda de provocadores motoristas que intimidan a los habitantes de una localidad californiana.
La imagen de Brando, entonces máximo ejemplo del actor rebelde de Hollywood, con gorra con visera, tejanos y cazadora de cuero, representó una insubordinación en toda regla, aunque el filme tenía algo de moralina. Un independiente ‘queer’, Kenneth Anger, le dio la vuelta por completo a esta imaginería en ‘Scorpio rising’ (1964), un corto que muestra los rituales homo-eróticos de un grupo de moteros de ideología nazi.