Vox confía en que el PP los necesita para construir una alternativa a Sánchez pese a la ruptura en las comunidades
Por el momento la distancia entre PP y Vox es marcada. Los de Abascal han llegado a acusar a los populares de alentar el “transfuguismo” y responsabilizan directamente a Feijóo de haber “roto” las coaliciones autonómicas al “obligar” a sus presidentes autonómicos a aceptar el reparto de menores migrantes. Desde Bambú reconocen que el diálogo con Génova es inexistente y lamentan que eso haya mellado las relaciones territoriales, aunque se muestran abiertos a negociar “propuesta a propuesta” en las comunidades autónomas. “Si el PP presenta una proposición de ley o proposición no de ley que nos parezca favorable o mejore la vida de los ciudadanos, la apoyaremos”, afirmaba este lunes el portavoz nacional del partido, José Antonio Fúster.
Una ‘pinza’ con el PSOE
Ahora bien, en Vox consideran que actualmente los populares están más interesado en pactar con el PSOE que con ellos. “No tengo ninguna duda de que el PP tendrá mucho más fácil pactar con el PSOE, ya lo llevan haciendo muchos meses”, adelantaba Fúster sobre la búsqueda de respaldos por parte de los populares en la nueva etapa abierta tras el ‘divorcio’ con Vox. Los de Abascal se muestran conscientes de que Génova puede recurrir a esa ‘pinza’ con el PSOE para asestarles alguna estocada.
No descartan, por ejemplo, que populares y socialistas maniobren para arrebatarles la Presidencia de alguno de los Parlamentos autonómicos donde hasta el jueves pasado Vox respaldaba al PP. Este puesto formó parte de algunos de los acuerdos alcanzados entre ambas fuerzas tras las elecciones del 28 de mayo de 2023. En virtud de estos pactos, Vox sumó en a su haber -en el que ya figuraba la Presidencia de las Cortes de Castila y León- la Presidencia de las Cortes de Aragón, la de Les Corts Valencianes y la del Parlament balear.
Los de Abascal se niegan a abandonar esos puestos. Defienden que forman parte de lo “ya ejecutado” de los acuerdos autonómicos e instan a los dirigentes populares de los Gobiernos autonómicos con los que han roto a dimitir ellos primero si quieren su salida. Descartada la renuncia, el abandono de estos cargos parece complicado, ya que requeriría su salida del grupo parlamentario, la pérdida de la condición de diputado o haber cometido una “negligencia notoria y grave”.