La madre de todas las encuestas: resultados ajustadísimos en pleno verano
Enfrente estaba la ultraderecha, donde se coloca Alberto Núñez Feijóo, a quien es muy difícil de diferenciar de Santiago Abascal. Partido Popular y Vox son un ente desdibujado cuyas tesis cada vez se parecen más. Temerosos de lo que puede significar la regeneración democrática para sus intereses, ambos partidos salieron al estrado para volcar su odio contra Pedro Sánchez. A pesar de su reciente ruptura autonómica, atacaron conjuntamente al presidente del Gobierno y a su esposa, Begoña Gómez.
Feijóo rechazó la invitación de Sánchez al diálogo, acusándolo de convertir La Moncloa en una “sede de negocios familiares” y calificando las medidas del plan como “censura”. Cuestionó la ética de las reuniones de Gómez con empresarios y acusó al Gobierno de corrupción y falta de transparencia. Abascal continuó con las críticas, atacando tanto a Sánchez como a Feijóo por supuestos acuerdos bipartidistas que, según él, no contribuyen a la calidad democrática. También acusó al Gobierno de corrupción y de intentar controlar a los medios de comunicación, sin abordar directamente las medidas propuestas por Sánchez.
En cuanto al proceso judicial que protagoniza Begoña Gómez, la mujer del presidente del Gobierno se ha acogido este viernes a su derecho a no declarar ante el juez que la investiga por los presuntos delitos de tráfico de influencias y corrupción en los negocios.