Kamala Harris, la hija de inmigrantes afroamericanos y asiáticos que devuelve la sonrisa a los demócratas
En 2010, Harris fue elegida fiscal general de California, donde supervisó al departamento de justicia estatal más grande del país. Se enfrentó a lobbies poderosos consiguiendo un acuerdo de 20.000 millones de dólares para los californianos cuyas viviendas habían sido embargadas y un acuerdo de 1,100 millones de dólares para estudiantes y veteranos de guerra de los que se había aprovechado una empresa de educación con fines de lucro. También defendió ante los tribunales la Ley del Cuidado de Salud a Bajo Precio e hizo cumplir leyes medioambientales.
En 2017, juró su cargo como senadora de Estados Unidos, donde impulsó leyes para luchar contra el hambre, ofrecer reducción de alquileres, mejorar la atención médica materna, ampliar el acceso a capital para las pequeñas empresas, revitalizar las infraestructuras de Estados Unidos y combatir la crisis climática. También trabajó para mantener a los estadounidenses a salvo de amenazas extranjeras y elaboró una legislación bipartidista para contribuir a la seguridad de las elecciones estadounidenses mientras formó parte del Comité Selecto de Inteligencia del Senado.
Como presidenta del Senado, Harris estableció un nuevo récord de votos de desempate emitidos por un vicepresidente en la historia, superando un récord que se había mantenido durante casi 200 años. Y sus votos han sido muy significativos. Entre ellos se incluye el voto decisivo para garantizar la aprobación de la histórica Ley de Reducción de la Inflación, la mayor inversión jamás realizada para hacer frente a la crisis climática. También presidió la votación sin precedentes para confirmar a la primera mujer de raza negra, la jueza Ketanji Brown Jackson, en la Suprema Corte, al tiempo que trabaja junto al presidente Biden para lograr una representación histórica de mujeres y personas de color entre los nominados a todos los niveles del Gobierno federal.
El 20 de enero de 2021, Kamala Harris prestó juramento como vicepresidenta: la primera mujer, la primera estadounidense de raza negra y la primera estadounidense surasiática elegida para este cargo.
Mi madre me miraba y me decía, ‘Kamala, tú puedes ser la primera en hacer muchas cosas, pero asegúrate de que no seas la última’ (Kamala Harris, 28 de enero de 2019)
Como vicepresidenta, sus objetivos se han dirigido a promover oportunidades, apoyar a las familias y proteger las libertades fundamentales en todo el país. Ha liderado la lucha por la libertad de las mujeres para tomar decisiones sobre su propio cuerpo, la libertad para vivir a salvo de la violencia armada y la libertad de voto. En su labor internacional, ha recorrido más de 19 países y se ha reunido con más de 150 líderes mundiales para reforzar alianzas mundiales fundamentales.
Durante el mandato junto a Biden, se ha creado un número récord de puestos de trabajo y mantenido el desempleo a niveles muy bajos, propiciando la creación de más pequeñas empresas en un período de dos años que cualquier administración anterior.
Un debate televisivo entre una experimentada e importante fiscal como Harris y un delincuente como Trump, puede ser un hito histórico además de una forma contundente de que el extremista de derechas bese la lona. La venganza de Biden está en marcha
Juntos, Biden y Kamala Harris, han limitado el costo de la insulina a 35 dólares al mes para las personas mayores, redujeron los precios de los medicamentos recetados y han mejorado la salud materna al ampliar la atención posparto por medio de Medicaid, programa de seguros de salud del Gobierno de Estados Unidos para la gente necesitada. Con ella se aprobaron la primera ley significativa sobre seguridad de las armas fuego en tres décadas. Se ha realizado una inversión de 1 billón de dólares en la infraestructura del país para eliminar todas las tuberías de plomo de Estados Unidos y realizar la inversión más importante de la historia en transporte público, reparación de puentes e Internet de alta velocidad.
Vuelve la esperanza a los demócratas
Con Kamala Harris, el Partido Demócrata, hundido en la depresión política y con unas perspectivas muy pesimistas cara a las elecciones de noviembre, vuelve a tener esperanza y los americanos demócratas y progresistas vuelven a sonreír. No ha sido un buen día para el candidato republicano. Un debate televisivo entre una experimentada e importante fiscal como Harris y un delincuente como Trump, puede ser un hito histórico además de una forma contundente de que el extremista de derechas bese la lona. La venganza de Biden está en marcha.