La década de Pedro Sánchez como líder del PSOE en diez momentos clave
Los días 26 y 27 de julio del año 2014 el Hotel Auditorium de Madrid acogió la celebración de un Congreso Extraordinario del PSOE. El líder del partido hasta entonces, Alfredo Pérez Rubalcaba, lo había convocado apenas dos meses antes tras los malos resultados en las elecciones europeas. Ese Congreso ratificó como secretario general de los socialistas a Pedro Sánchez. El actual presidente del Gobierno cumple ahora diez años al frente del partido.
En una década como líder del PSOE son muchos los acontecimientos a los que ha tenido que enfrentarse Sánchez. Ha ganado dos primarias internas, se ha enfrentado a tres líderes del PP y ha sido pionero en algunas cuestiones como convertirse en presidente mediante una moción de censura o formar el primer Gobierno de coalición en la historia democrática reciente. En Público recordamos su trayectoria en diez momentos clave.
Primeras primarias, victoria frente a Eduardo Madina
Sánchez no era una persona con demasiado peso en el PSOE cuando decidió presentarse a las primarias de 2014. No había pertenecido a la dirección federal pero comenzó a contar con apoyos importantes, lo que le permitió obtener el mayor número de avales frente a sus rivales, Eduardo Madina y José Antonio Pérez Tapias.
El lema de su campaña fue “Cambiando PSOE” y el 13 de julio se impuso con cerca del 49% de los votos de los militantes. “El cambio del PSOE y el cambio de España ha comenzado hoy, o lo que es lo mismo, ha comenzado el principio del fin del mandato de Mariano Rajoy como presidente de Gobierno”, dijo la noche en la que venció en las primarias.
Pacto fallido con Albert Rivera
Sánchez se presentó a sus primeras elecciones como candidato a la Presidencia del Gobierno en diciembre de 2015. Obtuvo entonces el peor resultado de la historia de los socialistas hasta ese momento. Con un Congreso muy fragmentado, la gobernabilidad era complicada y Sánchez decidió pactar en febrero de 2016 con Cs y Albert Rivera, en lo que se llamó “el pacto del abrazo”.
Los números no daban y ambos partidos apelaron especialmente a Podemos, cuyas bases rechazaron el pacto. Sánchez se sometió en todo caso a una investidura que fue rechazada, convirtiéndose en el primer candidato al que le sucedía. Las elecciones se repitieron en junio de 2016 y los resultados del PSOE fueron todavía peores que en los anteriores comicios.
Dimisión por la abstención con Rajoy
Cs, tras esas elecciones, cambió de socios y se alió con el PP de Mariano Rajoy. En este caso no era para formar una coalición sino solo para apoyar su investidura. Comenzó entonces un proceso que desembocó en una de las mayores crisis del PSOE en toda su historia. Sánchez se mostró firme en rechazar la investidura de Rajoy frente a muchos dirigentes socialistas que reclamaban la abstención para favorecer la formación de Gobierno.
El 1 de octubre se produjo un Comité Federal histórico y tenso en el que Sánchez acabó presentando su dimisión como secretario general. Posteriormente dejaría también su acta como diputado. Los diputados socialistas que se quedaron, a excepción de 15 de ellos, terminaron absteniéndose en la investidura de Rajoy, lo que le permitió al líder del PP continuar como presidente del Gobierno.
Su “resurrección” y victoria inesperada frente a Susana Díaz
Sánchez se apartó uno meses. Pero, animado por algunos dirigentes como José Luis Ábalos o Adriana Lastra, además de un movimiento de las bases, decidió presentarse de nuevo a las primarias. Se enfrentaría a Susana Díaz, Patxi López, todo el aparato del PSOE y los principales poderes mediáticos.
El actual presidente del Gobierno venció de manera inesperada con el 50,06% de los votos frente al 40,1% de Díaz y el 9,84% de López. “Vamos a construir el nuevo PSOE, el de los afiliados. Vamos a tener un PSOE unido y rumbo a la Moncloa”. Era la medianoche del 21 de mayo de 2017 y comenzaba una nueva etapa en las filas socialistas.
Moción de censura frente a Rajoy
En mayo de 2018 la Audiencia Nacional condenó al extesorero del PP y al propio partido por corrupción en el Caso Gürtel. Mientras el PSOE pedía la dimisión de Rajoy, Podemos presionaba a Sánchez para que presentaran una moción de censura. Los números daban si se contaba con el apoyo de Unidas Podemos, ERC, PdeCat, EH Bildu, Nueva Canarias y, especialmente, PNV, que fue la clave.
La moción se registró en el Congreso el viernes 25 de mayo. Se comenzó a debatir la semana siguiente, el jueves 31 de mayo. El PNV anunció su apoyo y Rajoy decidió no acudir a la sesión de tarde. El todavía presidente se refugió en un restaurante cercano a la Puerta de Alcalá el día de la votación. El 1 de junio, Sánchez se convirtió en presidente del Gobierno.
Gobierno de coalición con Unidas Podemos
Sánchez tuvo que afrontar unos meses de Gobierno en solitario y minoría parlamentaria. Las elecciones se convocaron de forma anticipada para abril de 2019 tras no poder aprobarse los Presupuestos. El PSOE se reforzó y ganó las elecciones ante un desplome importante del PP pero con un Cs en auge. “Con Rivera no”, gritaban los militantes socialistas en Ferraz esa noche. Nadie pudo formar Gobierno y se volvieron a convocar elecciones para el 10 de noviembre de ese mismo año.
Sánchez ganó de nuevo las elecciones aunque empeoró resultados. Pese a las reticencias constantes de pactar con Unidas Podemos, al PSOE no le quedó otra salida. Formó el primer Gobierno de coalición desde la II República y designó a Pablo Iglesias como vicepresidente. Con un Ejecutivo en minoría, debía apoyarse principalmente en partidos que favorecieron su investidura como ERC, EH Bildu, PNV o BNG.
Gestionar una pandemia mundial
Pocas semanas de la formación de ese Gobierno histórico, otro hecho sin precedentes irrumpió de lleno. Sánchez tuvo que gestionar la pandemia de covid-19 y decretar un estado de alarma y un confinamiento que mantuvo a la población en shock durante un tiempo. La coalición de PSOE y UP trató de paliar los efectos económicos y sociales de la crisis sanitaria con medidas como los ERTES y otras de protección para las personas más vulnerables. Posteriormente, el Gobierno peleó en la UE por la implantación de los fondos europeos para recuperarse del impacto económico.
Indultos a los líderes independistas catalanes
Otro de los retos políticos mayúsculos que ha tenido que abordar Sánchez desde que llegó a Moncloa es la situación en Catalunya después del ‘procès’ de 2017. El líder socialista decidió actuar de manera diametralmente opuesta al PP. La primera decisión, no exenta de polémica, llegó en junio de 2021 con la concesión de los indultos a los presos independentistas que permanecían en prisión. La continuidad en esta línea de “nueva etapa” se ha visibilizado en los últimos meses con la tramitación de la ley de amnistía. Al mismo tiempo, el PSC se ha reafirmado como primera fuerza política en Catalunya.
Adelanto electoral sorpresa y resistencia el 23J
El desgaste del Gobierno y una oposición durísima hicieron mella en Sánchez y el PSOE. Los socialistas perdieron gran parte de su poder territorial el 28 de mayo de 2023 tras las elecciones autonómicas y municipales. En una nueva jugada inesperada, Sánchez convocó al día siguiente las elecciones generales para el 23 de julio. Un todo o nada con un mensaje claro: o gobernaba la ultraderecha, con PP y Vox; o seguía el Gobierno de coalición progresista.
La estrategia le salió bien a Sánchez, que logró impedir la llegada al poder de la ultraderecha. PP y Vox se habían aliado para formar Gobiernos autonómicos y municipales pero los números no le dieron para armar una mayoría suficiente en el Congreso. Alberto Núñez Feijóo fracasó en su investidura y Sánchez tuvo que contar con un nuevo aliado que no tenía en la anterior legislatura: Junts. Una situación que hace todavía más complejo su mandato. Sánchez fue investido presidente el 16 de noviembre.
Período de reflexión inédito
Durante los últimos meses, a Sánchez le ha estallado un asunto. Las denuncias de organizaciones ultras a su esposa, Begoña Gómez, han sido aceptadas por el juez Peinado. Esto provocó que el presidente del Gobierno enviara una carta a la ciudadanía el pasado mes de abril en la que anunciaba que se tomaba cinco días de reflexión para decidir si merecía la pena seguir en su cargo tras estos “ataques” y la “máquina del fango” a la que estaba siendo sometido.
El PSOE se volcó en pedirle que se quedara en medio de una tremenda incertidumbre y confusión. Sánchez recogió el guante. Decidió continuar como presidente, “con más fuerza” y preparar un plan de regeneración democrática que todavía está por desarrollar. Al mismo tiempo, ha defendido en todo momento que no hay caso ni nada reprochable en las actividades profesionales de Gómez.