EEUU aumenta la presión contra Maduro y enciende las alarmas de quienes apuestan por el diálogo en Venezuela
Venezuela está en suspenso. La crisis abierta tras las elecciones presidenciales del pasado domingo se mantiene bajo una tranquilidad de superficie, con comercios que volvieron a abrir, vehículos y peatones en las calles, y el temor de que vuelva a ocurrir un nuevo seísmo. Se percibe en las conversaciones, declaraciones y acciones políticas que se suceden a un ritmo vertiginoso.
Uno de los hechos más esperados ocurrió el viernes pasado el mediodía (hora local), cuando el Consejo Nacional Electoral (CNE) tomó la palabra luego de su prolongado silencio. El presidente del organismo, Elvis Amoroso, dio cuenta en rueda de prensa de sus últimos resultados, que, con un 96,87% de los votos escrutados, ratificarían la victoria de Nicolás Maduro con un 51,95%, y un total de 6.408.844 votos, frente a un 43,18% para el candidato de la oposición Edmundo González.
Amoroso afirmó, antes de dar los datos, que habían sufrido “ataques informáticos masivos desde distintas partes del mundo contra la infraestructura tecnológica del poder Electoral y las principales empresas de telecomunicaciones del Estado”, que “retardaron la transmisión de las actas y el proceso de divulgación de los resultados”. A su vez se refirió a “quemas de oficinas regionales electorales, centros de votación y centro de transmisión de contingencia”, ocurridas durante el epicentro de la crisis el lunes.
El CNE no ofreció información acerca de preguntas que se repiten desde el lunes dentro y fuera del país: cuándo estarán los resultados de la elección desagregados y disponibles para ver en línea, cuándo podrá accederse a las actas de votación.
La judicialización de la elección
La presentación del CNE estuvo seguida minutos después de la audiencia de la Sala Electoral del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), con la presencia de nueve de los diez candidatos presidenciales: sólo faltó Edmundo González, visible a través de una silla vacía al lado de la de Maduro con su nombre.
La audiencia ocurrió ante el “recurso contencioso electoral” presentado por Maduro el miércoles, en el cual solicitó que la “Sala Electoral del TSJ se aboque a dirimir este ataque contra el proceso electoral“. Allí solicitó que se “certifique haciendo un peritaje del altísimo nivel técnico los resultados de las elecciones”, y afirmó “estar listo para presentar el 100% de las actas” en manos del partido de gobierno y quienes lo apoyaron en la contienda.
“Todos los candidatos, partidos políticos, CNE y demás sujetos intervinientes en el referido evento electoral, deben consignar todos los documentos legales de relevancia jurídica que les sea requeridos”, señaló la presidenta del TSJ, Caryslia Rodríguez. El fin del poder Judicial será “investigar y certificar de manera inequívoca e irrestricta los resultados de estos comicios”. El Supremo venezolano instó a “todos los sujetos intervinientes” a acatar la sentencia que emanará, en un lapso aún sin estimar, sobre la revisión que hará del resultado electoral del domingo pasado.
El documento no fue firmado por el candidato Enrique Márquez por no existir claridad al respecto de la convocatoria, y pidió al CNE que “publique los resultados electorales que soportan los boletines”. Javier Bertucci también solicitó al CNE “presentar todas las actas y papeletas de votación para estar seguros de qué fue lo que ocurrió el 28 de julio”.
La ausencia de Edmundo González fue interpretada dentro del chavismo como la confirmación de que las actas que afirma tener la oposición para anunciar que ganó su candidato son falsas, razón por la cual no acudió al TSJ a cotejarlas con las de los otros partidos. De fondo, como repite Maduro, está el hecho de que González encabeza un intento de golpe. El opositor por su parte no se refirió a la audiencia públicamente, en un momento en que comienza a contar con apoyos internacionales que lo respaldan en su autoproclamación electoral.
La apuesta de Washington
El secretario de Estado de Estados Unidos (EEUU), Antony Blinken, anunció en un comunicado el jueves el reconocimiento de la victoria del candidato opositor: “González logró la mayoría de los votos en los comicios presidenciales del 28 de julio (…) ha llegado el momento de que las partes comiencen conversaciones sobre una transición”. Washington dio así por ciertas las actas de Machado y González a solo cuatro días de las elecciones.
El comunicado trajo rápidamente al recuerdo la experiencia política fallida de la “presidencia encargada” de Juan Guaidó iniciada en 2019 hasta evaporarse progresivamente. La decisión encendió las alarmas de quienes apuestan al diálogo para evitar lo que podría ser un choque de trenes, o el intento de forzar otra vez una salida de Maduro del Palacio de Miraflores.
Ese intento de establecer vías de comunicación se encuentra a nivel internacional encabezado por los gobiernos de Brasil, Colombia y México, articulados entre sí, quienes difundieron un comunicado el jueves, al que adhirió luego el gobierno de Chile, con tres elementos centrales. Por un parte el llamado a las autoridades venezolanas a “dar a conocer públicamente los datos desglosados por centro de votación” de manera “expedita”. Por otro lado que “las controversias sobre el proceso electoral”, sean “dirimidas por la vía institucional”, lo que podría interpretarse como la vía iniciada en el TSJ.
Finalmente los tres gobiernos llamaron a los actores a “evitar una escalada de episodios violentos”. El llamado ocurre en un contexto en el que el fiscal general, Tarek William Saab, anunció el arresto 1.062 personas, dio cuenta de 77 funcionarios policiales heridos, así como instituciones o locales del chavismo atacados por grupos armados. Desde sectores de oposición se denuncian “19 personas asesinadas en protestas” y persecuciones.
Sábado de movilizaciones
El sábado volverá a ser de marchas de ambas fuerzas enfrentadas. El chavismo por un lado se movilizará al Palacio de Miraflores como lo hizo desde el martes, en una política de mostrar capacidad de ocupar la calle, un mensaje con múltiples destinatarios. Machado por su parte convocó a “encontrarse en familia en todas las ciudades de Venezuela”, con epicentro en la zona de Las Mercedes, en la capital.
Machado repite que llegó la hora de “cobrar” la elección, algo que se traduce en “calle” como afirmó Leopoldo López quien se encuentra fuera de Venezuela luego del intento de golpe del 30 de abril del 2019, y respalda a Machado.
La dirigente opositora, quien marca la hoja de ruta internamente, ya mostró entre el domingo y viernes que no reconoce al poder Electoral, al Judicial, ni al Ejecutivo, y podría encaminarse a un intento de proclamación de González como “presidente” de Venezuela. Para eso cuenta ya con las posiciones de EEUU, Argentina o Perú que también sostienen que fue él quién ganó las elecciones.
¿Qué seguiría luego? Es una de las tantas preguntas que existen en medio de la nueva gran crisis venezolana donde los hechos se suceden uno tras otro de manera vertiginosa.