Muere Gena Rowlands, la gran dama del cine independiente norteamericano
Hace justo dos meses, escribiendo sobre el fallecimiento de la intérprete francesa Anouk Aimée, la protagonista de ‘Lola’ y ‘La dolce vita’, citaba también a la estadounidense Gena Rowlands como una de las actrices de la modernidad cinematográfica, aquellas presencias femeninas que fueron esenciales en los nuevos cines de finales de los 60 y empezaron a reescribir la historia. Y no solo ellas dos.
Aunque me pueda repetir en relación a aquel texto, es necesario volver a recordar a la Anna Karina de la mejor época de Jean-Luc Godard, y a la Geraldine Chaplin de la etapa fundamental de Carlos Saura, la Monica Vitti de la trilogía de la incomunicación de Michelangelo Antonioni, la Catherine Deneuve de los musicales de Jacques Demmy, lo que representaron Liv Ullman, Ingrid Thulin y Bibi Andersson en la obra de Ingmar Bergman, todo lo que aportó Bulle Ogier a la filmografía de Jacques Rivette, la Jeanne Moreau de los filmes más emblemáticos de François Truffaut o la Delphine Seyrig del primer Alain Resnais. Sin ellas, la obra de todos estos directores capitales del cine moderno sin duda no habría sido lo mismo, ni peor ni mejor, simplemente distinta.
Juntos y separados
Familia de cine
También trabajo con una de sus dos hijas, Zoe Cassavetes, en el drama romántico e ‘indie’ ‘Broken english’ (2007). La otra, Alexandra Cassavetes, es autora de una película de vampiros de culto, ‘Kiss of the damned’ (2012). Una familia absolutamente cinematográfica y un elogio de la modernidad.