Ana Obregón: “Tengo muchísimo miedo, es horrible, insuperable. Tenía un hijo sanísimo y de repente, me dicen que tiene cáncer”
La pequeña es divertida, activa, curiosa, risueña… características que comparte con su padre, así como una personalidad abierta y que físicamente es “clavada” a Aless. Pero esa dualidad a veces es motivo de pena para la actriz. “Siempre busca los álbumes de su padre. Hay muchos momentos en que me tengo que dar la vuelta y tragarme las lágrimas. Y hay veces que se me va y me doy cuenta de que la he llamado Aless”.
Llevo cinco años sin hacer un abdominal, pero el cuerpo se me ha puesto como cuando tenía 20. Con Anita es un no parar”
La actriz está muy volcada en la educación de su nieta, a la que enseña también inglés. “Yo con mi hijo no tenía tiempo de enseñarle. Y es muy importante. Ahora me hago consciente de todo lo que me he perdido con Aless. En su momento yo sufría porque recuerdo que me iba a trabajar llorando”.
Ana, que cumplió en marzo 68 años, asegura que lleva cinco años sin pisar un gimnasio “sin hacer un abdominal, ni nada. Pero el cuerpo se me ha puesto como cuando tenía 20. Es un no parar. Ahora que Anita va andando, sale disparada y yo voy detrás como una loca”. Y cuenta que juega a muchas cosas con ella, se deja maquillar por la pequeña y le consiente que pinte las paredes con garabatos.
El futuro de Anita pasa por una organización muy planificada por parte de su abuela quien hoy ya hace disfrutar a su nieta de la compañía de sus primos. “Ya tiene dos primos, que son hijos de mi sobrina Amalia. Gente no le va a faltar”.