Mil años de Montserrat: de los milagros a la erudición
Futbolistas subiendo en bicicleta a Montserrat para agradecer una Liga. Una habitación llena de piernas, brazos y cabezas de cera. Más cera, en forma de velas para pedir favores. Restaurantes, tiendas de souvenirs y ‘cel.les’ para los peregrinos. Esas muestras de religiosidad popular ante las que el catolicismo post-Vaticano II arruga la nariz, por un lado. Por el otro, una comunidad monástica dedicada al estudio y a la oración, una biblioteca y una imprenta prestigiosas, una tradición musical con la Escolania como gran estrella, una virgen patrona de Catalunya, un monasterio-museo que hasta tiene su Caravaggio. A punto de celebrar el milenario del monasterio de Montserrat (los festejos empiezan el próximo 7 de septiembre), ¿cuál de estas dos caras de Montserrat es ‘más milenaria’? Pues aunque suene a ‘boutade’, quizás más la primera.