El ‘efecto Flick’ despierta al Barça de inmediato
En un momento clave, inicio de temporada, mercado complejo –mucho ruido, pero solo ha llegado Dani Olmo-, estando Joan Laporta bajo sospecha por varias promesas incumplidas con el Madrid creyéndose invencible, el sosiego y pragmatismo de Hansi Flick, un desconocido en el asfixiante universo azulgrana, ha despertado al Barça hasta protagonizar un arranque espectacular simbolizado en ese aplastante 7-0 al Valladolid.
Lleno de eficacia -12 puntos de 12 posibles-, sacudido por el nuevo aroma de La Masia que nunca le falla –Marc Bernal, Marc Casadó, Gerard Martín, Sergi Domínguez…- reconectando, al mismo tiempo con jugadores que parecían oxidados –Lewandowski se ha reencontrado con el gol; Raphinha parece otro- mientras la adolescencia que despertó con Xavi se ha hecho repentinamente grande: Lamine Yamal, con 17 años, es ya un coloso del fútbol europeo y mundial, con Pau Cubarsí dejando pases venenosos y profundos que le emparentan a centrales (Koeman) que eran, en realidad, mediocentros camuflados.
El Barça sonríe. El único gran fichaje del verano –Dani Olmo- parece que no se haya ido nunca de Barcelona porque su encaje en la estructura del equipo ha sido tan inmediato como impactante: 128 minutos jugados en dos partidos, dos goles y tres remates a la madera. Sonríe por dentro como Flick, quien suele esconder sus emociones, pero se entusiasma porque en Montjuïc la gente acude en masa porque ha detectado que algo se está gestando.