Álex Palou, el tricampeón de la IndyCar que no quiere correr en Fórmula 1
Una leyenda que reniega de la F1
Dos años después, en 2017, Palou tenía clara su estrategía: debía correr todo lo que le dieran. Disputó tres fines de semana de las World Series 3.5 en su último año, seis carreras de las que se subió al podio en tres, con victoria incluida en Nürburgring. Ese mismo año también participó en las dos últimas citas del campeonato de Fórmula 2 y el prestigioso GP de Macao de F3 y fue en Asia donde encontró acomodo. Mientras trabajaba por encontrar un camino a la Fórmula 1, se dio cuenta de que la Super Fórmula Japonesa se adaptaba perfectamente a sus condiciones.
En 2018 su nombre era un clamor en los pasillos de muchos equipos y estructuras potentes como Prema, Hitech e incluso la cantera de Red Bull, pero él no quería dar pasos equivocados. Muchos pilotos se han quedado por el camino como para que un diamante se perdiese. Palou nunca ha pecado de falsa modestia, y siempre con los consejos de Campos de fondo, decidió dar un audaz paso: en 2019 aceptó la propuesta del expiloto de F1 Satoru Nakajima para disputar la Super Fórmula Japonesa. Acabó tercero ese año, luchando por el título hasta la última carrera.
Las llamadas las recibía de todas partes, pero fue el equipo de Dale Coyne Racing de la IndyCar la que le hizo dar el salto. Tal era la apuesta que no necesitó un patrocinador: el equipo, ni mucho menos puntero, le quería a toda costa. Disputó las 500 millas de 2020 con un coche prácticamente limpio, y eso que unas semanas antes había logrado un memorable podio en el Road América de Wisconsin, convirtiéndose en el segundo español en llegar al cajón del campeonato estadounidense de monoplazas más importante tras Oriol Servià.
Era un clamor: ahí había piloto. Empezó una suerte de subasta para 2021 en la que el más fuerte fue la leyenda Chip Ganassi, ni más ni menos, quien le fichó, prometiéndole un coche ganador. La respuesta de Palou, ya convertido en un fenómeno en Estados Unidos y en buena parte de España, no pudo ser más elocuente: victoria en el Gran Premio de Alabama, en el complejo trazado de Barber. Cuatro años después, Álex Palou suma 12 victorias, 32 podios y tres títulos en la IndyCar que le han consolidado como leyenda del automovilismo español.