Usuarios chinos descubren que Rose Hanbury, supuesta amante de Guillermo, tiene muebles robados de la dinastía Qing
El problema ha llegado cuando esas imágenes las han visto en China. ¿Por qué? Pues sencillamente porque se han dado cuenta de que el mobiliario y los enseres que rodean a los marqueses en dichas instantáneas son objetos chinos auténticos de enorme valor e historia que fueron robados del país asiático durante la caída de la dinastía Qing.
Esta dinastía, que gobernó el gigante asiático durante casi trescientos años, entre 1644 y 1912, fue la última antes de la República de China, y en su final estuvo implicado directamente Reino Unido, que por aquel entonces tenía multitud de tratados con el país, sobre todo a raíz de la primera guerra del Opio, también conocida como la primera guerra anglo-china.
Según parece, el marqués de Cholmondeley heredó todas estas controvertidas piezas que aparecen a su lado y al de su mujer en las fotografías gracias a una conocida familia, apedillada Sassoon. Estos, a su vez, habían conseguido las reliquias saqueando la China de la dinastía Qing mientras estuvieron allí comerciando con opio. No por nada el Peace Hotel de Shanghái es también conocido como Sassoon Mansion.
La conexión es la figura de Sybil Sassoon, quien acabaría convirtiéndose en marquesa de Cholmondeley gracias a su matrimonio con George Cholmondeley, el quinto marqués del mismo título, y que es ni más ni menos que la abuela del actual —el séptimo— marqués de Cholmondeley, el esposo de Rose Hanbury.
Usuarios chinos, a través de X, TikTok y otras aplicaciones chinas, están visiblemente enojados con la nobleza británica por haber descubierto de una forma tan nefasta que el trabajo, la cultura y las obras de sus ancestros son presentados como trofeos por estos aristócratas, quienes los conservan para su goce privado.
Presuponen las redes, además, que ahora comenzarán un intento porque devuelvan todas las piezas que fueron saqueadas, si bien usuarios ingleses y del resto del mundo les han recordado, precisamente y en base al museo británico, que los británicos no son demasiado dados a devolver este tipo de objetos.