Serrat acoge el Princesa de Asturias con “alegría, gratitud, emoción y, por qué no decirlo, sorpresa”
Así lo explicaba Joan Manuel Serrat horas después a la prensa en la sede barcelonesa de la SGAE, donde hizo unas reflexiones la naturaleza de su arte particular, el de hacer canciones y cantarlas. Recordó que se siente “parte de un oficio” y compañero de “quienes han hecho de escribir y cantar no solo una manera de ganarse la vida, también de expresarse”. Canción con ánimo de “transmitir un pensamiento poético”, añadió. Y en dos lenguas, un hecho que el jurado ha destacado. “Ambas conviven en mí con toda naturalidad y sin necesidad de utilizar un diccionario para pasar de una a otra”.
50 años después
Serrat se extendió respecto a lo que considera “el problema más cercano”, el que más le preocupa, aseguró, que es el estado de “la vida, el mundo, la tierra, el agua, la relación del hombre con el espacio que ocupamos”. Aunque no se ve a sí mismo como “abanderado de ninguna causa, sino cómplice y acompañante”, puso un acento en “el maltrato del hombre al medio”, que ciudadanos y administraciones “ven y viven”, pero ante lo cual “a veces va más deprisa el deterioro que las soluciones”. Recordó cuando escribió ‘Pare’, su temprana canción ecologista, en 1973. “Han pasado 50 años y la gente se está concienciando de la necesidad de no ser solo observadora, sino activista. Pero las decisiones son muy lentas y la necesidad de enderezar el camino es muy urgente”.
Este galardón tal vez haga fruncir el ceño a sus admiradores republicanos, se le sugirió, ante lo cual se quedó un segundo en silencio. “Pues que le cambien el nombre al premio”, despejó más en broma que en serio. “Sencillamente, este es un premio que ha dado un jurado del que hace 30 años yo formé parte. Sería muy sorprendente que yo renunciara ahora a un premio del que fui jurado hace 30 años”, añadió, antes de proceder a relativizar: “esto de fruncir el ceño es algo que pasa siempre”.