Entrevista al legendario atleta Edwin Moses: “No necesité entrenadores, yo era más inteligente que ellos”
“Primero tengo que hacer la entrevista”, les dice Moses a unos congresistas que le piden fotos. El actual presidente de la Agencia Antidopaje de los Estados Unidos y de la Academia Laureus se sienta en un sofá y atiende a EL PERIÓDICO, justo después de presentar su película autobiográfica ‘Moses 13 Steps’ en el 86ª Congreso de la Asociación Internacional de la Prensa Deportiva (AIPS) celebrado en Santa Susanna. Cuenta que el filme, que saldrá en breve, mostrará también “otras partes de su vida más allá de la pista”.
¿Cómo se inició usted en ello?
Nadie esperaba que ganara el oro en Montreal 76. Y lo hizo con récord mundial.
Ganó 122 carreras consecutivas durante 9 años, 9 meses y 9 días. ¿Se sentía invencible?
Se enfrentó a buenos rivales como Harald Schmid, Danny Harris, André Phillips… ¿Cuando los veía en la pista sabía que los iba a superar?
Schmid le ganó en Berlín en 1977, fue la última derrota antes de la gran racha. Ese día dio 14 pasos antes de llegar a la décima valla.
¿Tuvo algún miedo durante ese periodo ganador?
Fue una de las primeras grandes estrellas del atletismo. ¿Cómo manejó el éxito, el dinero…?
Actualmente, hay deportistas que paran para cuidar de su salud mental. Eso antes no ocurría.
¿Qué necesita un atleta para ser exitoso?
Leí que tuvo un compañero de habitación que era bailarín de ballet y que eso le ayudó.
Era un avanzado a su tiempo.
Ahora hay atletas que disputan muchas competiciones al año. ¿Lo tienen más complicado para permanecer en lo alto durante mucho tiempo?
¿Nunca necesitó un entrenador?
El presidente de World Athletics, Sebastian Coe, tiene planeado hacer una serie de cambios para hacer más atractivo el atletismo. ¿Hacia dónde se dirige el atletismo?
Las últimas décadas han estado marcadas por una gran cantidad de casos de dopaje en el atletismo. ¿Cuál es su visión sobre ello?
Volvamos a su carrera deportiva, pues. Su racha acabó en 1987, cuando quedó segundo en Madrid por detrás de Danny Harris. Cuenta que ese día estaba enfermo.
¿Cómo se sintió después?
Ser segundo o conseguir un bronce como el de Seúl 88 no es perder.
No. Es parte del juego. Ni siquiera yo pude ganar siempre. La persona que ganaba continuamente tampoco pudo ganar siempre.