Ese hincapié hizo que en 1999 lanzase una campaña nacional para la protección del medio ambiente, así como decidió entregar un premio a la playa más limpia y, por tanto, hermosa, de entre toda la costa marroquí. Asimismo, ha dedicado gran parte de su tiempo a asistir a foros o a impartir clases magistrales y mesas redondas, tanto a nivel nacional como internacional, donde se ha hablado del cambio climático, de la preservación del medio ambiente, del entorno y los parajes naturales de su país o, incluso, del patrimonio artístico, otra de sus aficiones.

«Mi abuelo, Mohamed V, le pidió a su propia hija que llevara traje y que se quitara el velo para demostrar a las mujeres marroquíes que ellas también podían participar y alzar la voz sin renunciar al islam ni a su cultura», ha llegado a declarar Lalla Hasna, quien de hecho es considerada una princesa algo rebelde por los sectores más tradicionales de Marruecos junto a una de sus hermanas mayores, Lalla Meryem, siendo ellas dos quienes más abogado por modernizar la monarquía alauí.

«El rey, nuestro padre, nos educó a todos los hermanos —tuvo cinco hijos: Lalla Meryem, el actual rey Mohamed VI, Lalla Asma, Lalla Hasna y el benjamín, el príncipe Moulay Rachid— para que estuviéramos muy unidos, para que formáramos un núcleo duro en torno al soberano», ha llegado a declarar. Y ella lo forma con su hermano, pues el actual monarca la eligió a ella como su representante en diversas labores sociales, tanto a nivel nacional como internacional, después de que en 2018 se divorciase de la princesa Lalla Salma Bennani.

De hecho, Lalla Hasna no solo creó en 2001 la Fundación Mohamed VI para la protección del medio ambiente, de la cual hoy en día es la presidenta y con la que organiza, por ejemplo, un concurso de fotografía que muestren la lucha por la defensa de la naturaleza, sino que también visita diversas comunidades del país para concienciar a los marroquíes sobre dicha causa o sobre algunas de las otras para las que ejerce de presidenta de honor: a Asociación Marroquí de Aldeas SOS-niños, la Asociación Marroquí para la Lucha contra la Distrofia Muscular, la Asociación Marroquí para la Asistencia a Niños Enfermos (AMAEM) o la Liga Nacional de mujeres en los servicios públicos.

Su vida privada

Su labor como anfitriona de otras realezas del mundo ha hecho que fuera ella, por ejemplo, quien recibiese a doña Letizia cuando los reyes de España visitaron Marruecos en febrero de 2019 —no por nada en 1989 los reyes le concedieron la Banda de Dama de la Real Orden de Isabel la Católica—, así como también tiene fotografías con Brigitte Macron o con los duques de Sussex.

Sin embargo, sus funciones y obligaciones como miembro de la realeza alauí no han sido óbice para que también haya sido noticia a lo largo de su vida por otras razones. Por ejemplo, cuando estuvo saliendo un tiempo con el torero español Miguel Báez El Litri, si bien las versiones sobre cómo se conocieron difieren: hay quien sostiene que se conocieron en una finca privada de Sevilla mientras que otros apuntan a que coincidieron por primera vez en un acto en el Pabellón de Marruecos durante la Expo de 1992 en la capital andaluza.

Sea como fuere, su padre acabó buscándole un marido que él considerase adecuado para el estatus y el rango social de su hija. Así, a sus 27 años, el 9 de septiembre de 1994, se casó con el médico cardiólogo Khalid Benharbit en el Palacio Real de Fez, siendo, como manda la tradición en el caso de la hija del rey, una ceremonia cuyos festejos duraron cinco días y cinco noches.

Antes de su divorcio, del que apenas hay información, siendo por ejemplo desconocido incluso cuándo tuvo lugar, el matrimonio tuvo dos hijas: Lalla Oumaima, nacida el 15 de diciembre de 1995, y Lalla Oulaya, que vino al mundo el 20 de octubre de 1997.