

Tuvieron que ser los hombres fuertes del pelotón los que se encargasen de desbancar al oceánico. El estadounidense Matteo Jorgenson le mejoró en el segundo punto intermedio en un segundo y el esloveno Primoz Roglic rebajó su marca en medio minuto, estableciendo posteriormente el mejor tiempo en meta en 24:20 -37 segundos más rápido que Plapp, aunque todavía quedaban por pasar los dos últimos ganadores del Tour.
El 5:28 para Pogacar en el kilómetro 4, en Escadaoux —cinco segundos por delante de Remco Evenepoel y ocho por delante de Vingegaard—, eran el preludio de lo que se avecinaba. Aventajó en 23 segundos en el último punto intermedio al danés, que tuvo tiempo de adelantar a Evenepoel casi en línea de meta para ponerse al frente de la clasificación de la contrarreloj. Pogacar no dio lugar a la sorpresa y le metió 36 segundos en la llegada.
Los corredores continuarán su periplo por la montaña este sábado en una exigida decimocuarta etapa de 4.950 metros de desnivel en la que llegará la ascensión al mítico Tourmalet por Luz-Saint-Sauveur —19 kilómetros al 7,4%—. El pelotón afrontará un trazado de 182,6 kilómetros entre Pau y Superbagnères—12,4 kilómetros al 7,5%—, que reproduce una etapa de la edición de 1986, en una jornada en la que también subirán el Col d’Aspin por Payolle —5 kilómetros al 7,6 %—.