Álvaro García Ortiz se ha quitado la toga de fiscal general del Estado, que ha vestido durante toda la vista oral, para ser interrogado este miércoles en la antesala del final del juicio en su contra. Tras cinco sesiones maratonianas, el fiscal general ha roto su silencio, tras el rotundo «no» pronunciado al principio de la vista cuando el presidente de la Sala, Andrés Martínez Arrieta, le preguntó si se declaraba culpable de los hechos.
Este miércoles ha bajado del estrado y se ha sentado frente a los siete magistrados que decidirán si es culpable o no lo es. Como punto de partida, ha negado haber sido el responsable de la filtración del correo con la confesión de González Amador, pareja de la presidenta madrileña. «No, no he hecho llegar el correo de 2 de febrero a personas ajenas a la Fiscalía», ha dicho.
Visiblemente nervioso al principio, García Ortiz se ha expresado con firmeza, quizá ha hablado demasiado rápido, durante una hora y media, y ha configurado un relato de los hechos que descarta absolutamente que la filtración partiera de él, en un alegato muy contenido y sobrio de su inocencia y que se opone frontalmente al victimismo que desplegó el empresario Alberto González Amador, pareja de Isabel Díaz Ayuso, durante su comparecencia en este juicio.

Ha advertido García Ortiz al principio de su declaración que no iba a contestar a las preguntas de las acusaciones por una cuestión que él interpreta de «deslealtad» y ha subrayado el hecho de que Alberto González Amador, pareja de Ayuso, haya renunciado a pedir la responsabilidad civil del Estado, cargando las tintas en su única posible responsabilidad patrimonial en caso de condena. Es decir, «que actúa contra mí».
Bajo la dirección del abogado del Estado, García Ortiz ha detallado lo que pasó el 12 de marzo de 2024, cuando la presidenta madrileña Isabel Díaz Ayuso publicó un tuit donde mencionaba el pasado de la fiscal jefa provincial de Madrid, Pilar Rodríguez, como directora general de Justicia en el Gobierno de Rodríguez Zapatero. «Se estaba cuestionando muy gravemente la honorabilidad de la fiscal provincial, del fiscal de delitos económicos y de la fiscalía española». Ha recordado también las palabras de Ayuso acusando de una «persecución» del aparato del Estado a través de la investigación a su pareja.
Ha arremetido, sin mencionarlo, contra el novio de Ayuso por entregar el correo con su confesión «a una tercera persona para que haga un uso político del mismo».
La «insidia» de MÁR
Esa tercera persona es Miguel Ángel Rodríguez (MÁR), jefe de Gabinete de Ayuso, que pergeñó el bulo publicado en El Mundo, noticia respecto a la cual el fiscal general ha indicado que «se está lanzando la idea de que hay un señuelo de la Fiscalía para que caiga González Amador, porque hay una actuación bastarda de la propia Fiscalía». Sobre el tuit de MÁR, del 13 de marzo, a las 22.41 horas, tras la publicación de El Mundo con la noticia falsa o bulo de que la Fiscalía proponía un pacto al novio de Ayuso y que luego por «órdenes de arriba» se retiró, ha dicho: «Fue una insidia, una calumnia sobre la Fiscalía española».
Otra de las patas de su declaración ha versado sobre la «actitud obstruccionista» de la fiscal superior de Madrid, Almudena Lastra, cuya testifical fue claramente perjudicial para el fiscal general. Lastra declaró que le espetó a García Ortiz el día 14 de marzo, cuando por fin pudieron hablar porque ella no le cogió el teléfono: «Has filtrado los correos», a lo que él contestó: «Eso ahora no importa». Pero García Ortiz ha asegurado que no recuerda esa expresión y ha aducido que Lastra ha dado varias versiones: «Alguna vez ha dicho que lo que dijo fue: «Habéis filtrado la nota«. En todo caso, ha insistido en no recordar que Lastra pronunciara la frase. Y ha manifestado que Lastra siente «acritud» hacia la Fiscalía General del Estado.
La nota de prensa
Lo que sí tiene claro García Ortiz es que la fiscal superior de Madrid no colaboró como era preceptivo en la difusión de la nota de prensa para desmentir el bulo. «Me parece que no hubo una colaboración, no me cogía el teléfono, se lo dije por whatsapp: «La nota hay que sacarla por imperativo, es para defender a los compañeros». Ha destacado que hubo «un problema de comunicación con la información que se manejaba en la Fiscalía de Madrid», información que era más proclive a los intereses de Ayuso y de su pareja. Ha incidido en que el espíritu de la nota era dar «una respuesta institucional de la Fiscalía española a una noticia» que cuestionaba «el trabajo de los fiscales de la sección de delitos económicas».
Ha dejado claro que su interés en el asunto, que conoció el 7 de marzo de 2024, fue a raíz de la noticia de El Mundo, sobre la que ha dicho que estaba «bien trabajada», con «entrecomillados»· y datos sobre facturas. «Yo quería tener ese correo», de cara a comprobar la realidad, porque le parecía «extravagante» que un fiscal ofreciera un pacto a un particular.
Respecto a la inclusión en la nota de prensa de datos incluidos en los correos, ha defendido mencionarlos. «Cuando los correos generan esa confusión, es cuando nos disponemos a hablar de los correos, teníamos que ser rigurosos».

El fiscal general ha asegurado que cualquier dato sobre el novio de Ayuso «se ha tratado» en la nota «con exquisitez» y ha rechazado haber pretendido perjudicar con dicho comunicado su derecho de defensa. Por ejemplo, ha explicado que de la nota de prensa se eliminaron los datos «que pudieran ser accesorios«, y así se sustituyó la expresión «pareja de la presidenta de la Comunidad de Madrid» por el nombre del interesado, «Alberto González Amador», ha recalcado. Ha destacado una frase que le ha dicho una persona desconocida: «La verdad no se filtra, la verdad se defiende».
Sobre el borrado de los mensajes
Uno de los puntos más delicados que se maneja en el juicio es el borrado que hizo el fiscal general del contenido de su móvil y de su cuenta de Gmail, que albergaba el correo filtrado. Ha explicado pormenorizadamente cómo borra los mensajes de su móvil, de manera «sistemática» una vez al mes. «Los datos que custodio son de terceras personas y por eso hay que eliminarlos cuando ya no los manejo, lo dice la norma española, la norma europea, cualquier guía». «¿Por qué dispuso de la cuenta de Gmail y no la corporativa?», le ha preguntado su letrado. Responde que «porque el de Outlook se maneja peor en el móvil. Manejo de una manera más intuitiva el Gmail».
Ha descrito, emocionado, que «cuando la UCO entra en mi despacho está mi cuenta de Gmail a su disposición. Y recuerda que le dio a la UCO todas las contraseñas. Recuerda que el informe de la UCO se filtró a la prensa sin borrar sus datos, su número de teléfono, su correo, y recibió «correos hostiles».