
El protagonista de Pretty Woman también recibió una bendición del dalái lama y besó al líder budista en las manos.
Gere, que actualmente reside en España, lleva más de tres décadas siendo una espina para Pekín. Su activismo alcanzó un punto álgido en la gala de los Óscar de 1993, cuando denunció la «horrenda situación de los derechos humanos» en el Tíbet, un acto que le valió ser vetado por la Academia durante años.
Estas denuncias contra Pekín, al que Gere acusó de exterminar a «1,2 millones de tibetanos», le llevaron a ser tildado como persona non grata por las autoridades chinas.
El dalái lama ha vivido exiliado en la India desde 1959, año en que huyó de su natal Tíbet tras un fallido levantamiento popular contra la ocupación china. Desde entonces, ha liderado un gobierno en el exilio.
El Gobierno chino, que considera al líder un separatista, busca controlar el linaje y para ello se llevó en custodia en 1995 al Panchen Lama, figura clave para el reconocimiento de la reencarnación, y pretende nombrar a su propio sucesor.