PSOE y PP abren un paréntesis en su relación para defender la reforma de la Constitución
Y esto es lo que prioriza frente a las críticas que asumen que recibirán de Vox por pactar con el PSOE: “¿Podríamos condenar a las personas con discapacidad a que no se cumpla con su reivindicación solo por no pactar con Sánchez?”, preguntan de forma retórica tras concluir que lo que diferencia al PP de Vox es la “oposición inteligente”. Por otro lado, se muestran convencidos de que el PSOE, al que siempre acusan de ceder a cualquier precio, esta vez cumplirá con su palabra pese a las amenazas de Junts y PNV. “Sánchez es débil cuando le faltan apoyos, pero ahora los tiene”, dicen los populares, ya que PP y PSOE suman los dos tercios del Congreso necesarios para sacar adelante la iniciativa. Aun así, otras formaciones ya han avanzado que intentarán introducir sus enmiendas. Por ejemplo PNV introducirá, entre otras iniciativas, el derecho a decidir de Euskadi o eliminar el artículo 155 que se aplicó en Cataluña en 2017.
La izquierda a la izquierda del PSOE, por su parte, llega al que ha sido uno de sus grandes objetivos, la puesta en marcha de una reforma constitucional, inmersa en una pelea interna a cara de perro. Ni Podemos ni Sumar han dedicado demasiados esfuerzos en intentar erigirse como protagonistas del cambio que se llevará a cabo esta semana, aunque los morados, este lunes, sí reclamaron que cualquier reforma en la Carta Magna debería conllevar la celebración de un referéndum, una reivindicación que Sumar no comparte.
“Apoyaremos esta reforma que salda una deuda simbólica, aunque no económica, con las personas con discapacidad”, pero “el paso de esta semana tendría que suponer perder el miedo a abrir también otras posibles reformas que necesita nuestra Constitución”, defendió este miércoles la portavoz de Podemos, María Teresa Pérez. Para Podemos, “el pueblo soberano debería votar toda modificación de nuestra Carta Magna, precisamente para evitar que el PP y PSOE nos cuelen modificaciones graves de espaldas a la ciudadanía”, afirmó Pérez.
El problema para Podemos es que las reformas constitucionales únicamente están obligadas a someterse a referéndum cuando lo pidan, al menos, 35 de los 350 diputados del Congreso, y los morados cuentan con tan solo cinco escaños. Para forzar esta consulta haría falta el apoyo, además, de los 26 parlamentarios de Sumar y de, por lo menos, otros cuatro de formaciones nacionalistas o independentistas. Y Sumar no parece por la labor de poner en marcha una votación sobre esta modificación puntual de la Constitución, ya que, preguntado al respecto, el portavoz y ministro Ernest Urtasun echó balones fuera este miércoles y evitó respaldar la convocatoria de un referéndum.