La Super Bowl y la era dorada de la NFL, el gran pegamento social de EEUU
Partidos en abierto
Posiblemente, la NFL se benefició el año pasado de la larga huelga de guionistas de Hollywood, que paralizó películas y series. Pero en el 2022, en el top 100 ya se colocaron 82 partidos de la liga que más contusiones y dolor de cervicales produce. La tendencia es imparable. El béisbol, que solía ser el deporte que más fantasías infantiles generaba, ha quedado desplazado en la feroz competición del entretenimiento. La NBA hace lo que puede, como todo lo demás.
A diferencia aquí del fútbol europeo, casi todos los partidos se retransmiten en abierto (aunque el streaming empieza a abrirse paso). El consumo televisivo en EEUU ha caído en un 7% (tendencia constante a la baja); la NFL, en cambio, ha crecido un 8%. A contracorriente de las nuevas costumbres. Y demográficamente, el público es plural, tanto en raza, edad, inclinación política y últimamente hasta género (y aquí entra en juego el factor Taylor Swift).
El romance de la cantante más famosa e influyente del planeta con Travis Kelce, el corpulento y carismático jugador de los Chiefs, ha ampliado el interés y la base de fans. Es el espectáculo romántico de Joe DiMaggio y Marilyn Monroe transportado a la era contemporánea.
El ‘efecto Swift’ ha merecido incontables tertulias, artículos y comentarios de todo pelaje. Ha sido uno de los relatos de los últimos meses. Ni el aficionado más agotado de la ubicuidad de la artista puede negar el impulso a la competición.
La realización televisiva suele dedicarle unos segundos a su exclamativa gestualidad desde un palco VIP. No más. Suficiente para muchas ‘swifters’. Demasiado para los ‘haters’. De cara a la Super Bowl, la atención se fija en si llegará a tiempo a Las Vegas desde Tokio, sede de su último concierto.
Hay concjencia de que se vive una etapa dorada de la competición. Han surgido nuevas estrellas con gancho, como los quarterbacks Patrick Mahomes, de los Chiefs, que ha cogido el testigo de laureles y popularidad de Tom Brady, Lamar Jackson, Joe Burrow o incluso la estrella pobre de los 49ers, Brock Prudy, que gana el salario mínimo y debe compartir piso con dos compañeros de equipo.
Como no podía ser de otra manera, el analista mejor pagado del deporte profesional comentará este domingo la Super Bowl. Es el exquarterback de los Cowboys Tony Romo. Gana 17 millones de dólares por temporada en la cadena CBS. Está en el ojo del huracán. Dicen que es muy ocurrente, pero que se prepara poco los partidos. Millones y millones de norteamericanos, seguro, hoy le escucharán. Es el día en que el aparato televisivo recupera el protagonismo en la mayoría de hogares.