Crisis en la junta del Barça: La dimisión de Eduard Romeu como vicepresidente agrava las grietas del gobierno de Laporta
Romeu, según informó la entidad azulgrana en un comunicado y él mismo reafirmó después en su emocionada comparecencia pública con Joan Laporta de este jueves, alegó “incompatibilidad” con sus nuevas responsabilidades laborales después de su salida de Audax Renovables, que sirvió como puerta de entrada al club en 2021 tras los avales aportados por él mismo y José Elías, presidente de dicha empresa energética y con quien Romeu rompió hace meses.
De Giró a Romeu
Se da la circunstancia de que Joan Laporta ha perdido en sus tres años de mandato a las dos personas que debían controlar las cuentas del Barça. El primero fue Jaume Giró, quien sí estaba en la candidatura electoral del presidente, aunque renunció una semana después del triunfo electoral el 7 de marzo de 2021 sin haber llegado nunca a asumir el cargo tras advertir que no tendría el peso que él pretendía.
Además, el peso de Romeu en el Barcelona había ido cayendo en picado en los últimos tiempos mientras crecía la incidencia del tesorero, Ferran Olivé, en quien Laporta se ha ido apoyando en cuanto a las grandes decisiones económicas que afectan a la entidad. Romeu, de hecho, después de que se produjera su salida de Audax, ya había intentó ser CEO del Barcelona (cargo éste sí remunerado), opción que el presidente azulgrana nunca quiso contemplar.
Romeu deja como legado la política de las ‘palancas’, con las que el Barcelona fue vendiendo activos a fondos de inversión y bancos a cambio de poder mantener la competitividad del primer equipo y salvar los cepos del ‘play play’ financiero de LaLiga.
Deuda bruta de 1.200 millones
La obsesión de Eduard Romeu desde que llegó era acabar con una deuda que estrangulaba a la entidad. Cuando el empresario fue nombrado vicepresidente económico, la deuda bruta era de 1.350 millones de euros. La cifra no ha variado demasiado (ahora es de algo más de 1.200 millones), con el agravante de que hay que añadir los 1.450 millones de euros de la financiación del Espai Barça.
La fuga de ejecutivos y piezas de peso en el Barcelona de Joan Laporta no parece tener fin. Los altos cargos que han huido superan la veintena a algo más de dos años de que concluya el actual mandato presidencial, siendo Eduard Romeu el primer vicepresidente que se aparta de Laporta en esta etapa. En una junta en la que se acumulan amigos y fieles (“la guardia pretoriana”, como la definió el propio Romeu en su despedida), sólo Jordi Llauradó (junio 2023), como directivo del Espai Barça, había decidido antes renunciar a su cargo en la directiva.