Sectas, drogas y folk redentor: la alucinante odisea de Dave Bixby
En 1969, un joven cantautor de Grand Rapids, Michigan, llamado Dave Bixby grabó un misterioso disco de folk místico que reunía una docena de canciones sobre sus experiencias con las drogas y la religión. Alentado (y financiado) por el líder de una extraña secta, lo publicó bajo el título de ‘Ode to Quetzalcoatl’. Solo se prensaron mil ejemplares y fueron los miembros de la secta quienes se encargaron de venderlos. Poco después, Bixby publicó un segundo elepé, ‘Second coming’, acreditado esta vez al grupo Harbinger, y desapareció de la escena musical. Su rastro estuvo perdido durante décadas, al tiempo que ‘Ode to Quetzalcoatl’ se convertía en un cotizado objeto de culto entre los aficionados al folk psicodélico de todo el mundo. En 2009, el sello discográfico de Lleida Guerssen reeditó los dos discos y Dave Bixby volvió a presentarse ante el público para interpretar sus antiguas canciones y relatar su increíble historia.
Entretanto, Bixby inició una existencia errante en los márgenes de la sociedad: se instaló en una cabaña que él mismo construyó en un bosque de Nuevo México; se mudó a Arizona; se hizo con un barco y se fue a vivir a las islas San Juan, cerca de la frontera canadiense; navegó toda la costa del Pacífico hasta Baja California y se quedó allí una temporada; volvió a Arizona a trabajar como guardabosques, y empezó a participar en grupos de recreación histórica al tiempo que viajaba en su furgoneta con una guitarra y un amplificador para tocar versiones de canciones de los 60 en bares, restaurantes y casinos.