‘Cada uno por su lado y Dios contra todos’: las memorias extremas de Werner Herzog
Werner Herzog escribe tan fluido como cuando filma ficciones o documentales. Hay el mismo placer en su escritura que en la manera que tiene de enfrentarse a todo tipo de situaciones para registrarlas con su cámara. Su obra literaria ya es importante. A ‘Conquista de lo inútil’, diario del rodaje de ‘Fitzcarraldo’, y ‘El crepúsculo del mundo’, una reflexión sobre el soldado japonés que permaneció en una isla durante años creyendo que la segunda guerra mundial no había terminado, se unen ahora sus memorias, ‘Cada uno por su lado y Dios contra todos’. Los tres han sido editados por Blackie Books. Antes dejó constancia de su aventurera marcha a pie entre Múnich y París en ‘Del caminar sobre hielo’, su primera prueba de fuego en el terrero literario.
Herzog siempre ha sido un hombre de palabra. Al empezó y ahora, cuando sigue rodando a sus 81 años. No quiere firmar contratos escritos, le sirven los acuerdos verbales sellados con un apretón de manos. No le ha ido mal a un cineasta que además estuvo preso en una cárcel de Camerún, ha sufrido accidentes varios, estuvo a punto de subir a un avión que después se estrelló, fue soldador y vigilante de aparcamientos, ha practicado el esquí y el senderismo, se ha jugado la vida subiendo a volcanes a punto de entrar en erupción, quiso contribuir a la fundación de un Estado maya independiente y en sus comienzos logró un empleo en una cadena televisiva de Pittsburg sin tener referencias ni permiso de trabajo.
Ha filmado prácticamente todo lo que quería. De momento se le resiste un documental sobre Freda y Greta Chaplin, el único caso conocido de gemelas idénticas que hablan al unísono y que le tienen fascinado. Recuerda cuando Jack Nicholson se interesó en ‘Fitzcarraldo’: “Pero pronto me quedó claro que él y la 20th Century Fox querían rodar la película en San Diego, en el Jardín Botánico, con un barco de plástico en miniatura. Además, en aquella época (1981), Nicholson solo aceptaba proyectos que le permitieran asistir a los partidos de baloncesto de Los Ángeles Lakers”.
Genio… y mucho más que figura, un director capital del cine moderno para quien rodar es como respirar, y si puede ser, en situaciones de peligro.