La crónica del Girona-Betis: Stuani provoca el deliro bajo el diluvio en Montilivi
Porque en Montilivi los partidos no se acaban hasta que no lo decide Stuani, quien firmó el gol del triunfo después de un excelente centro servido por Miguel, que necesitó contar con la ayuda inestimable de Dobvyik. Con dos ‘nueves’ ganó el Girona un encuentro que le acerca todavía más a la Champions.
El Betis no quiso quedarse atrás y cuando agonizaba el tiempo añadido (Gil Manzano dio cuatro minutos en la primera mitad) se topó con un regalo inesperado.
De error en error
Un pase de David López que no debía tener peligro alguno se transformó en una asistencia a Willian José, quien, raudo y ágil en la toma de decisiones, anotó el empate, mientras el central del Girona se arrodillaba atormentado, echándose las manos a la cabeza, consciente de la magnitud de tan tremendo fallo.
Esa jugada impactó en el arranque de la segunda mitad porque ambos equipos, acusando el desgaste de esos 49 minutos iniciales, por lo que el partido entró en un territorio más calmado. Mandó Pellegrini elevar la presión a sus jugadores, estimulados por el fallo de David López, mientras Míchel exigía personalidad a sus futbolistas.
Gigantesca porque tuvo de todo. Pausa, calma, aceleración y, al final, delicadeza en el remate del ‘nueve’ ucraniano para sellar su décimosexto gol en la Liga, cifras monumentales. Al segundo tanto de Dovbyk llegó, como sucedió en la primera mitad, el segundo error de David López para que Willian José equilibrara el pulso de goleadores (2-2) en una infinita y lluviosa tarde donde iban cayendo jugadores lesionados.
El propio central del Girona se tuvo que retirar al igual que Chimy Ávila. Todo ocurría antes de que Stuani, el delantero a quien Girona debe una estatua, apareciera en el último suspiro del último suspiro para firmar un triunfo de Champions.