El Girona se exhibe para meterse en Europa y abrazar la Champions tras aplastar al Cádiz
Y ha llegado, de momento a la Europa League, un equipo que no deja de alucinar a sus fieles, que acuden a la procesión semanal con devoción, con el tejido que ha construido Míchel en La Vinya, la ciudad deportiva del club. Quedan seis jornadas (18 puntos en juego) y tiene 10 de renta sobre el Athletic. O sea, está ya en Europa y abrazando la Champions, con Montilivi haciendo la ola.
Es un equipo redondo. Basta ver el primer gol. Un tratado de inteligencia elaborado por Salva Funez, el segundo entrenador. Un saque de esquina servido por Aleix García tuvo el sedoso pase de Iván Martín al primer toque para entregarle la pelota a Savinho.
Amortiguó el brasileño la pelota, centró con la zurda y entonces se transformó en una exquisita asistencia para que Eric García cabeceara el 1-0. Entonces, Míchel se giró eufórico hacia el autor intelectual de esa maravilla. Y Montilivi, acostumbrado como está al espectáculo, ni se frotó los ojos. Una más, pensó la gente.
De vuelta del vestuario, era otro Girona. Y también otro Cádiz, estimulado por la necesidad de huir del pozo que le conduce, de momento, a Segunda División. El partido era distinto en la segunda mitad.
El enfado de Míchel
Míchel entendió al instante que tocaba mover a su equipo, encandilado como había quedado por el fútbol que había desplegado. Minutos de descontrol en los que las largas manos de Gazzaniga evitaron disgustos, pero no el enfado del técnico, quien, además, vio como los músculos de Yangel Herrera volvieron a quejarse, por lo que tuvo que ser sustituido.
Pellegrino, de perdido al río, reactivó a su Cádiz, al que le pidió atrevimiento y energía para no verse cegado por el fútbol del Girona, mientras aumentaba la magnitud de la furia de Míchel. Hasta que Miguel percutió veloz y calmado a la vez por la banda izquierda para otear la figura de Dovbyk, quien llevaba más de una hora sin disparar a puerta. Pero se guardó lo mejor para ese tercer gol.
Quedan 18 puntos en juego y tiene el Girona 10 de ventaja sobre el Athletic, disfrutando de Pichichi de la Liga (Dovbyk suma 18 tantos), capaz de reaccionar con urgencia al 3-1 de Escalante con el más pillo de todos. Quizá el gol más terrenal, el de Portu, un tipo que hace de cada minuto una bendición para su equipo y su entrenador, pero retrata el hambre de un equipo que ya está en Europa. Y le espera la Champions.