Hummels lleva al Dortmund a la final de la Champions y deja al PSG, otra vez, en la orilla
Una tragedia más que se vivirá en el Parque de los Príncipes, mientras los alemanes se asoman, y cuando nadie lo esperaba, a su tercera final de la Champions. Ganó la primera en 1997, perdió la segunda, precisamente, en Wembley ante el Bayern Múnich (2013) y ahora, una década más tarde, espera rival. O Madrid o Bayern, de nuevo, con Mbappé abatido y desorientado porque tras siete años se marcha de su país sin ganar ni una sola Champions.
Saque de esquina y gol de Hummels
En ese saque de esquina quedó retratada la desidia francesa que le llevó a la perdición. Mérito, todo hay que decirlo, de un brillante Dormund, capaz no solo de anular y secar a Mbappé sino de imponerse con autoridad. Tanto al pie del muro. Como lejos de su mágica pared inundada de fanáticos alemanas.
Donde no estaban ellos emergía la madera, topándose el larguero con otro disparo de la futura estrella del Madrid. Y Vitinha, para no ser menos, también lanzó al larguero. O sea, seis tiros (dos en Alemania y cuatro en París) fueron escupidos por los palos, signo de la tormenta de infortunio que asoló al equipo de Luis Enrique.
180 minutos y 0 goles del PSG
El partido se jugó, eso sí, a lo que pretendía el Dortmund. Tanto en su casa como fuera. Hizo un ejercicio encomiable para proteger el hogar de Kobel con una entereza que permanecerá en el recuerdo porque intimidó a un ejército de delanteros que iba introduciendo el técnico asturiano.
Entre ellos, un desacertado Gonzalo Ramos, un nueve que no fue un nueve eficaz ni contundente. Entre ellos, Dembélé y sus decisiones tan imprevisibles que le hacen engañarse incluso a él mismo. Entre ellos, Mbappé, tal vez el mejor del mundo, pero no marcó ni en Alemania ni tampoco en Francia. Abusó de los centros el PSG, que llegó a hacer hasta 40, pero no le sirvió de nada. De nada le valió gobernar la posesión en la segunda mitad con un aplastante 80%. Ni terminar en su estadio con 30 remates ¡Sí, 30 remates! Aunque el 50% (o sea, 15) se marcharon fuera.
Y fuera de la final se quedó el PSG, aturdido y desconcertado porque no imaginó que sería el Dortmund, un equipo que no domina en la Bundesliga, le dejaría tirado en la cuneta.