Solo un 20% de hogares pudo acogerse al antiguo acuerdo hipotecario, pero Economía espera que el nuevo proteja a un millón
La fórmula que el Gobierno ha pactado mano a mano con los bancos para amortiguar el efecto de la subida del euríbor no es nueva. Se basa en la ampliación del mencionado código de buenas prácticas al que se suma un segundo código enfocado a la “clase media” que se pueda ver afectada. El objetivo con este segundo catálogo es alcanzar a otras 700.000 personas. En total, un millón de hogares a los que el Ejecutivo quiere “aliviar la carga hipotecaria”.
Un acuerdo diseñado mano a mano con los bancos
El principal escollo en las conversaciones ha estado en el alcance de las medidas, es decir, en el número de hogares que podrían acogerse a ellas. Finalmente, se ha limitado el umbral a 29.400 euros de renta por hogar. Los bancos han limado hasta el último segundo los detalles técnicos para reducir los volúmenes que han tenido que provisionar (reservar fondos de sus balances para afrontar posibles impagos). Al final todo se ha resuelto con una cláusula que impide que las hipotecas se devalúen hasta el punto de convertirse en créditos dudosos. Así se ha evitado costes extra a los bancos y el estigma de verse en una lista de morosos para los hipotecados.
En todo caso, las entidades de crédito están convencidas de que la situación actual es muy diferente a la de 2008. La mayoría de analistas no esperan un deterioro en el empleo -el principal indicador al que miran los bancos a la hora de anticipar impagos- y las tasas de morosidad llevan meses a la baja. Además, las relaciones entre el Ejecutivo y la banca a la hora de negociar las medidas ha sido fluida y cordial. Algo que contrasta con el clima vivido tras la introducción del impuesto de solidaridad a las grandes entidades de crédito. Un gravamen que el Gobierno no negoció con la banca, sencillamente se lo comunicó cuando ya estaba cerrado.