Xavi busca salida del laberinto en Mestalla
Acaba diciembre y el Barça se asoma hoy a una “final” en Valencia, como no para de recordar Xavi, erosionada su figura tras dos derrotas consecutivas (Girona, “la que pesa junto a la del Madrid”, y Amberes) que han dañado la credibilidad del “proyecto ganador” que pilota.
No ha cruzado la Liga ni su ecuador y se sentará esta noche el técnico en el banquillo de Mestalla de que anda en juego mucho más que una victoria, necesitado como anda su equipo de espantar ese mal juego que le ha llevado a estar a siete puntos del conjunto de Míchel, quien le robó en Montjuïc el patrimonio del buen juego, dejando bajo sospecha a Xavi.
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Pero él no se da por aludido porque considera que se encuentra “a mitad de camino” y en plena “construcción” de un proyecto que permitirá recuperar la imagen de un Barça sólido y firme, no frágil y transparente como en este último medio, que se ha derretido en los dos últimos encuentros.
Juega su equipo y se la juega Xavi, no tanto porque viva un ultimátum, que no lo es, sino porque necesita demostrar que tiene el remedio para frenar esta involución en el rendimiento. “¿Marcharme? No, no quiero fallar y menos al club de mi vida”, sentenció.
“Hace un mes me preguntabas si iba a ser el Álex Ferguson del Barça y ahora me dices si estoy o no en la calle”
“Me extraña que en la primera curva la gente se baje del barco”
“Se está contando una irrealidad”
“Nunca me he sentido solo. El presidente jamás me ha fallado”