Los norirlandeses pidieron disculpas por los vídeos en un comunicado en su cuenta de Instagram en el que aseguraron que eran víctimas de una «campaña de desprestigio coordinada», que nunca tuvieron la intención de causar daño y que nunca han apoyado a Hamás o Hizbulá.
Los Kneecap se dieron a conocer el pasado año a través de la película del mismo nombre -y ganadora de un premio BAFTA-, en la que abordan, con humor y a través de su hip hop en lengua gaélica, cuestiones identitarias, políticas y sociales, como reflejo de sus orígenes en la comunidad católica nacionalista norirlandesa.
Sus polémicos mensajes durante sus actuaciones, tales como el que realizaron en el festival de Coachella (Estados Unidos), donde acusaron al Gobierno de EEUU de permitir a Israel cometer un «genocidio» contra los palestinos, junto con las investigaciones policiales, han provocado la cancelación de Kneecap en numerosas citas musicales en Reino Unido y Alemania.