El Gilles Villeneuve es un circuito muy complicado ya en seco, por lo que rodar con la pista mojada o directamente con lluvia supone un riesgo extra para todos. En estas condiciones, lo fácil (y casi lo lógico) es acabar fallando, bien contra el muro como le pasó a Sergio ‘Benzema’ Pérez, bien en términos de prestaciones: hay pilotos que, sencillamente, no dan la talla y se ven obligados a aflojar.
La vuelta definitiva de Alonso en la Q3: así clasificó 2º
Última chicane, y mirada a la pared de la derecha, el muro de los campeones. Alonso dio gas y, como había hecho en las vueltas anteriores, cruzada de su Alpine. Un golpe de acelerador certero, un giro de volante al grado exacto y directo a la meta para lograr su mejor resultado en una clasificación desde hace 10 años.
No es una amenaza, sino una promesa
«Atacaré a Max en la primera curva», prometió Alonso. «Llevo diciéndole a Verstappen que le voy a atacar pronto 20 minutos, a ver si se pone nervioso, pero no creo», admitió.
Más calmado, colocó el listón de su objetivo mucho más abajo, en la quinta o sexta posición. En seco, tendrá más difícil pelearle la victoria o incluso el podio a Verstappen, Sainz o los presumiblemente rápidos Mercedes. Pero, como señalaban en aquel libro, para el héroe, lo bello es lo difícil.