El giro de guion del ala socialista del Gobierno, que llevaba días deshinchando la posibilidad de aprovechar la eliminación del delito de sedición para reformar también la malversación, ha pillado a Podemos con el pie cambiado. La dirección del partido asegura que Sánchez no les había comunicado previamente este movimiento, como en su momento el presidente no les informó de la reforma de la sedición, que pactó directamente con ERC y con la vicepresidenta Yolanda Díaz. Y, a la espera de ver en qué términos se concreta la modificación de la malversación, a los morados les inundan los recelos.
ERC, por ahora, no ha concretado cómo pretende reformar la malversación para que beneficie a sus condenados y, a la vez, no rebaje penas a otros corruptos. No obstante, lo que se ha barajado en las últimas semanas es hacer una diferenciación en el Código Penal entre los malversadores que se hayan enriquecido personalmente gracias a fondos públicos y los que únicamente los hayan utilizado para fines ilegales, pero no para su lucro personal. Por esta vía, no obstante, podrían verse favorecidas personas como el expresidente socialista de Andalucía José Antonio Griñán, condenado por el caso ERE, o el exministro del Interior del PP Jorge Fernández Díaz, acusado de malversación por desviar dinero público para espiar al extesorero de su propio partido Luis Bárcenas.
En Comú Podem guarda silencio
Pese a las serias dudas que a Podemos le genera la reforma de la malversación por sus posibles efectos beneficiosos para los corruptos y por la reacción negativa que puede generar en la opinión pública, los morados no concretan aún su posición cuando esta reforma tenga que votarse. Y esa es la misma postura que han expresado hasta este momento otros dos socios necesarios para que el texto salga adelante, como son PNV y EH Bildu. «Yo no voy a hacer una propuesta de modificación de ese delito; la harán otros, y no sé en qué términos […] así que sin estudiarlo no me voy a posicionar», señaló hace unos días el portavoz del PNV en el Congreso, Aitor Esteban, mientras su homóloga de EH Bildu, Mertxe Aizpurua, pedía «prudencia y cautela».