Así ha sido el asombroso camino que ha llevado al Girona a la Champions
Nada es casual. Era (y es) un club antiguo, con historia, pero poco peso. Poco en su ciudad, el fútbol fue importante en Girona, pero no lo más importante, y menos a finales del siglo pasado, eclipsado como estaba por el baloncesto. Poco en Catalunya. Y menos aún en España. Ahora, en cambio, el equipo de Míchel llega por la puerta grande a la zona más exclusiva de Europa: la Champions, cuyo himno ya sonó en su estadio tras vapulear al Barça de Xavi (4-2).
Fundado en 1930 y sin casa propia desde 1984 -Montilivi era suyo pero lo debió vender por las deudas al Ayuntamiento-, el club transitaba hacia arenas movedizas cuando se movía por la Segunda B, amenazado por gravísimos problemas económicos.
Del concurso de acreedores (2013) a la gloria (2024)
Arrastrado, además, a un concurso de acreedores por el Juzgado mercantil de la ciudad que le asomaba al precipicio de la desaparición. Tampoco hace tanto. Sucedía en aquel verano de 2013 en que el Girona SAD era incapaz de asumir los 2,3 millones que debía pagar entonces a la Agencia Tributaria.