Apagón en la hostelería por los elevados costes de la luz: «No podemos más»
Bares y restaurantes se quedan a oscuras para pedir al Gobierno ayudas que hagan frente a la subida de la electricidad y el gas este invierno
A oscuras. Así permanecieron los bares y restaurantes asturianos durante cinco largos minutos como señal de protesta por el encarecimiento de los costes energéticos. En Oviedo, la calle Gascona se llenó de velas, repartidas por las balaustradas, las terrazas y las mesas de interior. En Gijón, los clientes del Café Dindurra contemplaron, perplejos y confusos, cómo la oscuridad más absoluta se cernía sobre el emblema art decó de la ciudad. A las siete de la tarde, su iluminación rojiza y romántica -como de otro tiempo- fue sustituida por el silencio y la negrura. Un anómalo escenario que también se sucedió en varios locales avilesinos que optaron por bajar los plomos en señal de protesta.
Minutos después del apagón, el portavoz de la patronal hostelera asturiana, José Luis Álvarez Almeida, procedió a leer el manifiesto en colaboración con la Patronal de Hostelería de España, convocante del apagón.
Camareros frente al Dindurra en Gijón.
El presidente de Otea puntualizó que el conjunto de la actividad turística en Asturias factura 2.912 millones de euros, lo que supone un 11% del PIB regional. Dado el peso del sector, Almeida insistió en la necesidad de implementar medidas que reviertan la actual encrucijada energética que mantiene en vilo a muchos empresarios a final de mes. «Los costes energéticos han subido un 225%, si a eso le sumamos la inflación y las subidas de las materias primas el resultado es que muchos hosteleros no pueden más», precisó.
Por ello, piden la aprobación de bonos eléctricos, aplicando para ello los remanentes de las ayudas covid que se devolvieron intactas a las arcas públicas, con un importe de 3.000 millones de euros. Asimismo,desde la patronal solicitan la revisión del sistema de cálculo de tarifas energéticas y una rebaja de los impuestos eléctricos y los costes regulatorios, estableciendo suspensiones temporales, moratorias y aplazamientos.
Una pareja toma sidra a la luz de las velas en el Tierra Astur de la calle Gascona, en Oviedo. /
«La situación es insostenible», lamentaba ayer Ángel de Lorenzo, fundador y socio del Grupo Gavia de hostelería que lleva locales como Bulevar, Ócean o Bambara o el Dindurra. En estos establecimientos está costando cuadrar las cuentas mensuales. Los gastos se mantienen estables, pero, con los costes desbocados, el margen de beneficio se reduce al mínimo. «En julio del año pasado pagué 4.000 euros de luz, este fueron 9.000. No me quiero imaginar lo que va a ser este invierno», advirtió José María Sierra, socio fundador de La Buena Vida.
También en Avilés se secundó el apagón en la hostelería.
En la mayoría de los establecimientos asturianos, ni siquiera la subida de los precios de algunas consumiciones ha logrado ajustar las balanzas. Y es que, en paralelo a al encarecimiento del producto, se ha producido un paulatino descenso del consumo. Este fenómeno no solo afecta a bares y restaurantes , también el sector hotelero está notando sus efectos tras un puente «más bien flojo» en cuanto a rentabilidad. La presidenta del Clúster Rural, Ana Soberón, explica que este invierno muchos hoteles cerrarán por el coste que supone mantener los espacios comunes calientes. «La facturas de luz y gas se han duplicado y el margen de beneficio es cada vez menor», señaló Soberón, que, precisó, solo quienes en su día instalaron paneles de luz solar se están librando de este «infierno» energético.
En un contexto tan adverso para la restauración asturiana, los empresarios tomaron ayer las principales calles de la región. Lo hicieron para pedir medidas urgentes que contengan la inflación. «Ya va siendo hora de hacernos oír», apuntó Ángel de Lorenzo, cuyos locales secundaron el apagón convocado ayer.
