Archie tuvo hasta 2023 pasaporte estadounidense y británico bajo el apellido Mountbatten-Windsor, pero tras la muerte de Isabel II buscó actualizar los documentos bajo el apellido Sussex, explicó la fuente al periódico británico.
La polémica quedó obsoleta porque los pasaportes británicos finalmente se emitieron, aunque casi seis meses después de la solicitud inicial y después de que los abogados de los Sussex pidieran acceder a los datos del expediente, que podría haber revelado detalles sobre la naturaleza de los retrasos.
A su vez, el pasado mes de mayo, el príncipe Harry dijo en una entrevista con la BBC que buscaba «reconciliarse» con el resto de la familia real británica y reveló que actualmente no se habla con su padre.