Esta ayuda económica se abonaría al cumplir la mayoría de edad, para que los jóvenes contaran así con recursos suficientes para emprender su vida adulta. Según recoge el documento base de Sumar, se trata de una medida redistributiva orientada a corregir las desigualdades de manera temprana, bajo la premisa de que las condiciones materiales de las que goza cada individuo condicionan sus oportunidades y, por tanto, el devenir de su vida.
Si bien la propuesta no fija una cuantía concreta, sugiere que hay estudios que apuntan a unos 20.000 euros como monto suficiente para compensar las desigualdades y generar igualdad de oportunidades. El documento ejemplifica que esa ayuda podría facilitar el acceso a la vivienda. Para ahondar en su carácter redistributivo, Sumar apunta a su financiación a través de impuestos sobre los más pudientes. «Una herencia universal de unos 20.000 euros a percibir universalmente cuando se llega a la mayoría de edad podría financiarse con un impuesto sobre patrimonio o sucesiones inferior al 10% y que dejase exenta la vivienda habitual y la riqueza hasta un millón de euros», propone.
Por nueva que pueda parecer en el debate político, la idea de la ‘herencia universal’ ya ha sido planteada a nivel académico. Sin ir más lejos, la Comisión Europea organizó en junio del año pasado unos talleres técnicos sobre propuestas innovadoras de política social en la que un grupo de profesores universitarios debatió sobre propuestas utópicas como la que sugiere Sumar. En este foro, el profesor Abigail McKnight, de la London School of Economics, apuntó a que la vivienda y la riqueza de los padres son cruciales para determinar las oportunidades de una persona a lo largo de su vida, lo cual pretende combatir la ‘herencia universal’.

Ventajas y desventajas aparte, la iniciativa apenas ha sido llevada a la práctica. Una de las pocas experiencias reales es el Fondo Fiduciario para la Infancia impulsado en Reino Unido en 2002, que otorgaba a cada ciudadano una cuantía fija al cumplir los 18 años. La llegada de los recortes durante la crisis financiera puso fin al programa en 2011. Doce años después, la idea de la ‘herencia universal’ empieza a sonar en España, aunque es todavía una utopía. Habrá que esperar para ver si el concepto cala en el debate político.