Dazia Capital y su ‘pelotazo’ en el sur
como anunció en su momento El Sur y recogió la promotora en su página web.

a]:text-link-normal dark:[&_>a]:text-link-dark [&_>a]:decoration-1 [&_>a:hover]:underline [&_>a:hover]:text-link-hover [&_>a:hover]:decoration-2 [&_b_a]:text-link-normal dark:[&_b_a]:text-link-dark [&_b_a]:decoration-1 [&_b_a:hover]:underline [&_b_a:hover]:text-link-hover desktop:leading-relaxed break-words font-serif» data-original-text-size=»text-xl»>Loli y Pepe son los únicos que no han abandonado sus casas tras la llegada de Dazia Capital. Los únicos que sobreviven a la vorágine de la especulación. Los únicos que duermen con la pala y los destrozos al otro lado de la pared. Los balcones amanecen sin cristales ni persianas. La calle está en ruinas. Loli desafía la imagen con tres o cuatro plantas en cada ventana. «Esto parece Ucrania, pero es Málaga. Es mi casa, donde vivo a gusto, y no pienso marchar por mucho que insistan. Dazia me ofrece 170.000 euros, pero no es una cuestión de dinero. Si quieren mi casa, tenemos que llegar a un acuerdo: una casa por otra casa», advierte la inquilina.
El fin de la renovación de los contratos

a]:text-link-normal dark:[&_>a]:text-link-dark [&_>a]:decoration-1 [&_>a:hover]:underline [&_>a:hover]:text-link-hover [&_>a:hover]:decoration-2 [&_b_a]:text-link-normal dark:[&_b_a]:text-link-dark [&_b_a]:decoration-1 [&_b_a:hover]:underline [&_b_a:hover]:text-link-hover desktop:leading-relaxed break-words font-serif» data-original-text-size=»text-xl»>Los dos vecinos han presentado una quincena de demandas en el juzgado de guardia por la acumulación de incidencias, pero ninguna ha sido todavía admitida a trámite. El mes pasado pusieron una reclamación en el Área de Urbanismo del Ayuntamiento de Málaga, también pendiente de responder. Público ha contactado tanto con la Administración local como con la promotora y les ha formulado una serie de preguntas, pero ninguna de las partes ha enviado de momento respuesta. La operación se planifica sobre unos restos arqueológicos que están siendo objeto de la correspondiente investigación.
La vida entre escombros y grietas
a]:text-link-normal dark:[&_>a]:text-link-dark [&_>a]:decoration-1 [&_>a:hover]:underline [&_>a:hover]:text-link-hover [&_>a:hover]:decoration-2 [&_b_a]:text-link-normal dark:[&_b_a]:text-link-dark [&_b_a]:decoration-1 [&_b_a:hover]:underline [&_b_a:hover]:text-link-hover desktop:leading-relaxed break-words font-serif» data-original-text-size=»text-xl»>»Esto no está cerrado, no han puesto seguridad, han tirado muebles, colchones, puertas, somieres, lo han tirado todo. Y los chatarreros han entrado y han acabado de romper las tuberías. Estamos pendientes de los okupas y de los robos, porque nos han querido robar, miramos quién se mueve por aquí y quién se mueve por allá», añade Pepe. Loli reconoce que los okupas son, no obstante, el menor de sus problemas. «Me llaman abuelita, les llevo comida o agua cuando no tienen, no sé, nos llevamos bien», sostiene. La estrategia de la empresa, según dicen, parece clara. «Lo que pretenden es que nos cansemos de estar así y que nos marchemos con lo que nos han ofrecido», apuntan.

Pepe y Loli quieren un futuro en El Perchel
a]:text-link-normal dark:[&_>a]:text-link-dark [&_>a]:decoration-1 [&_>a:hover]:underline [&_>a:hover]:text-link-hover [&_>a:hover]:decoration-2 [&_b_a]:text-link-normal dark:[&_b_a]:text-link-dark [&_b_a]:decoration-1 [&_b_a:hover]:underline [&_b_a:hover]:text-link-hover desktop:leading-relaxed break-words font-serif» data-original-text-size=»text-xl»>Málaga es una de las ciudades en las que más han subido los precios y donde más espacio ocupa el mercado vacacional. Airbnb tiene 6.300 anuncios sólo en el centro de la ciudad. «Los pisos en la zona no bajan del medio millón de euros y nos ofrecen 170.000«, añade Pepe. Las cuentas no salen. «Si ellos me pueden comprar a mí una casa con ese dinero, hacemos el acuerdo, pero con ese dinero es imposible comprar nada», subraya Loli. La vecina lleva desde que empezaron los derribos con pastillas para la tensión y diagnosticada con depresión. El escenario no le impide seguir dispuesta a luchar. «No me van a echar para enriquecer a una multinacional, no pienso tirar la toalla por mucho que me hagan perrerías», declara. Pepe comparte la misma filosofía, no concibe su vida fuera del barrio, no quiere disfrutar de la jubilación en otro lugar: «Empezar de cero con 72 años es muy difícil, se puede hacer, pero es muy difícil».
La caja negra
a]:text-link-normal dark:[&_>a]:text-link-dark [&_>a]:decoration-1 [&_>a:hover]:underline [&_>a:hover]:text-link-hover [&_>a:hover]:decoration-2 [&_b_a]:text-link-normal dark:[&_b_a]:text-link-dark [&_b_a]:decoration-1 [&_b_a:hover]:underline [&_b_a:hover]:text-link-hover desktop:leading-relaxed break-words font-serif» data-original-text-size=»text-xl»>¿El estudio detalle inicial ha recibido su aprobación definitiva? ¿Qué ocurre con los restos arqueológicos localizados en los terrenos?
a]:text-link-normal dark:[&_>a]:text-link-dark [&_>a]:decoration-1 [&_>a:hover]:underline [&_>a:hover]:text-link-hover [&_>a:hover]:decoration-2 [&_b_a]:text-link-normal dark:[&_b_a]:text-link-dark [&_b_a]:decoration-1 [&_b_a:hover]:underline [&_b_a:hover]:text-link-hover desktop:leading-relaxed break-words font-serif» data-original-text-size=»text-xl»>¿Qué alternativas se les han ofrecido a los vecinos desde que se anunció la compra de los bloques? ¿En algún momento se llegó a plantear la posibilidad de ofrecerles una vivienda en el mismo bloque o en la misma zona a los inquilinos con contratos de renta antigua?