Lorena Torres, la clave del éxito de La Familia: «Dejé uno de los clubs más importantes del mundo por una cuestión sexista y machista»

Lo curioso es que, entre estos tramoyistas del éxito, también hay grandes estrellas que normalmente no acaparan titulares, como Lorena Torres (Ibiza, 1981), la líder del equipo de preparación física que ha construido desde abajo la última gran gesta del deporte español, la conquista del Eurobasket de 2022.

Fue parte de una cantera de la que luego salió una de las mejores generaciones de natación sincronizada de la historia (entrenó con estrellas como Gemma Mengual), ¿qué aprendió del deporte de alto rendimiento que haya extrapolado a su actual profesión?Pues seguramente muchas cosas, yo creo que lo que destacaría de mi etapa deportiva adolescente son los valores del deporte. A lo largo de mi vida la disciplina ha sido un valor superimportante, también el compañerismo, el sacrificio… forman parte de mi personalidad y, por lo tanto, de mi carrera profesional.

¿Cómo fue el momento en el que abandonó su sueño?, ¿qué le pasó por la cabeza entonces?La primera parte fue un poco traumática, porque dejar el deporte siempre da mucho miedo, sobre todo cuando has tenido ilusiones de aspirar a algo importante. Yo me di cuenta de que no iba a formar parte de esa superélite y entonces empiezas a pasarlo mal, ya no corres tan rápido como las demás, no estás tan ágil… cuando tú ves que ya no estás ahí es doloroso.
Sin embargo, en el momento en que decido dejar el deporte lo tengo superclaro y creo que, la verdad, soy así muy en todas las facetas de mi vida. Fui a hablar con mi entrenadora y le dije: ‘no voy a empezar la temporada’. Nunca me arrepentí.

¿Sentía que en ese equipo de nadadoras faltaba la figura de un preparador físico como es usted ahora?Totalmente, me cuestionaba por qué estábamos haciendo los ejercicios que hacíamos, por qué estábamos entrando tanto la fuerza, por qué no teníamos un experto de técnicas de respiración… Yo siempre he sido muy curiosa, muy inquieta y bastante crítica. Siempre me he planteado la pregunta: ‘¿cómo podemos hacerlo mejor?’, y yo veía que faltaba mucho conocimiento de base.

Fui a hablar con mi entrenadora y le dije: ‘no voy a empezar la temporada’. Nunca me arrepentí.

¿Tenía alguna idea de por donde iba a ir su futuro después de dejar la natación sincronizada?Bueno, yo tenía claro que me iba a dedicar al deporte, pero no sabía como… De hecho, cuando dejo la sincronizada y me pongo a estudiar INEF es porque quería ser la siguiente seleccionadora nacional de sincronizada el resto de mi vida. En realidad no sabía qué iba a pasar con mi vida, pero en ese momento quería estudiar la carrera.

Luego acaba sus estudios y tiene la primera experienciacon Marta Marrero en el tenis profesional, ¿Le cuesta mucho ese cambio de deporte?, ¿es muy difícil en su profesión hacer ese cambio?Cuando ya vi que no iba a ser la siguiente seleccionadora de sincronizada, porque no quería, decidí que iba a ser algo que hace 20 años no existía, lo que yo soy ahora (una figura completa que supera la concepción de preparadora física, su cargo en la NBA era el de Directora de Rendimiento). Yo era preparadora física, y serlo de deportes diferentes es factible porque si tienes una buena base y has estudiado, se puede hacer.

El tenis parecía el paso definitivo, pero llegan los cambios y una época algo amarga en el FC Barcelona, ¿no? Después trabajé en el CAR de Sant Cugat muchos años donde empecé con el tenis y seguí con el golf casi cinco años… También di algunas clases en la universidad, me interesó mucho el tema académico, y luego llegó la llamada del Barça. 
En esa época tenía 30 años, o sea, ya no era una chavalilla que acaba la carrera, tenía un doctorado y llevaba diez años de experiencia. Allí empiezo en la cantera con el junior y todo muy bien. Sin embargo, empecé a ver que a nivel institucional algo pasaba porque gente que estaba por encima de mí promocionaba a gente que no conectaba igual con el deportista, ni tenía doctorados, ni había acabado la carrera.
Entonces llegó un momento que me frustré mucho porque me dijeron que no iba a llegar al primer equipo porque siendo mujer era muy difícil, y que no tenía sentido para ellos (sus superiores) promocioname a nivel de organigrama. Aguante un año y al siguiente, pues dije, ‘no voy a empezar la temporada’.

¿Cómo afronta ese momento?Es muy duro porque yo, que todavía no había triunfado en mi carrera a mis 30 años, tuve que dejar de trabajar en uno de los clubs deportivos más importantes del mundo por una cuestión sexista y machista. Yo entonces sabía que no podía decir nada porque me cerraba puertas al futuro. Es muy duro ser mujer y tener que lidiar con cosas que no puedes decir, son muy pocos los casos, seguro, de mujeres que hablan abiertamente de las dificultades que tienen a nivel profesional en el deporte profesional masculino.

Me dijeron que no iba a llegar al primer equipo porque siendo mujer era muy difícil

Entonces le llama Ona Carbonell para preparar los Juegos de Río ¿Cómo afronta esta vuelta a la natación sincronizada? ¿Se sentía algo reacia a volver a la natación?No, porque a mí me llama la Federación, pero a mí quién me quiere es Ona, que es como una hija o una hermana, por edad, para mí (risas). Siempre hemos tenido relación y cuando me llama para decirme ‘quiero que me ayudes’ le dije: ‘vamos a muerte’. Yo no iba a trabajar en la sincronizada de equipo a tiempo completo, yo iba a ponerme de preparadora física de una deportista medalla de plata en los Juegos Olímpicos de Londres que iba a luchar por otra. Me apetecía.

Lorena Torrres durante la celebración de Eurobasket
Lorena Torrres durante la celebración de Eurobasket

Y después llega la gran oportunidad de la NBA ¿Este es su mayor reto?Yo no sé cómo lo hice porque no tenía nada a mi favor: era extranjera, el inglés no es mi lengua materna, tenía acento español, era mujer y no había jugado al basket en mi vida (risas)… Pero lo bueno de Estados Unidos es que si alguien ve valor en ti y te dan la oportunidad, tienes la posibilidad de demostrar que vales. Fue un cambio muy ‘heavy’, pero fue muy gratificante porque en todo momento en Estados Unidos me he sentido valorada y aquí no.

En todo momento en Estados Unidos me he sentido valorada y aquí no.

¿Cree que allí tuvo posibilidades de aprendizaje que no habría tenido aquí?Absolutamente. Yo he estado en la NBA en dos superequipazos, aunque en San Antonio Spurs no tuve la sensación que estaba aprendiendo cosas de preparación física, porque me sentía que ya estaba preparada. Pero sí que fue brutal la oportunidad de todo lo que es tema tecnológico y medios, aquí en España no hay recursos, ni siquiera en el fútbol, no se invierte en I+D, no se invierte en tecnología, no se invierte en análisis de datos como allí. 
Fue brutal la exposición que yo tuve en San Antonio respecto a empresas, CEOs, reuniones… incluso fui a Apple a hacer una presentación y me dijeron ‘te fichamos’. La exposición que tienes a gente muy ‘top’, a tecnología, aplicaciones, herramientas, medios. Eso fue brutal y era imposible que me lo diera España.

No tenía nada a mi favor: era extranjera, el inglés no es mi lengua materna, era mujer y no había jugado al basket en mi vida

Sin embargo, vuelve a España de la mano de Sergio Scariolo, alguien que conocía bien la importancia de la figura de un director de rendimiento (su cargo en Estados Unidos) en un vestuario por su experiencia en la NBA ¿Es muy diferente trabajar con la selección?Es diferente porque nosotros trabajamos en cápsulas, que son las ventanas de diez días que nos sirven para construir para la competición importante de verano. Entonces pasas de ventanas de selecciones muy pequeñas a la concentración principal, que es mucha interacción con los jugadores en un tiempo relativamente corto. La preparación es completamente diferente respecto a la del club, donde estás semana tras semana y puedes conectar de manera diferente con la gente, pero las cosas cortas también son más intensas.

Y ganar… ¿También es diferente con la selección?Yo siempre diré que ganar mola, da igual con quién (risas). Ganar con el club o ganar con la selección me parece increíble porque es tan difícil… pero lo que ha sido diferente con la selección es la respuesta de la gente, al final es un país entero felicitándote.
La sensación de que te escriba la gente, por ejemplo, jugadores de fútbol que te dicen ‘yo nunca veo el basket y os estoy viendo’… No sé, ha sido como que desde dentro parecía que fuera se estaba vibrando mucho con nosotros, entonces eso ha sido muy guay, muy bonito.