Tras dos años nefastos para el sector, la vuelta de la normalidad tras dejar atrás lo peor de la pandemia está provocando fuertes incrementos en los precios de los hoteles. Según los datos de la Encuesta de Coyuntura Hotelera que el Instituto Nacional de Estadística (INE) publicó el jueves, alojarse en un hotel nunca fue tan caro como el pasado mayo. Más incluso que en cualquier otro agosto de los últimos 20 años, que habitualmente es el mes que marca el pico máximo de precios en el año.
En cualquier caso, conviene recordar que durante los diez primeros días de mayo del año pasado todavía estaba vigente el estado de alarma, que prohibía los desplazamientos entre comunidades autónomas. En aquel mes, de hecho, la llegada de turistas fue cuatro veces menor que la registrada en 2022.
El encarecimiento del alojamiento también ha sido desigual en función de los servicios ofrecidos. Así, los hoteles de cuatro y tres estrellas son ahora alrededor de un 40% más caros que en 2019, mientras que los de dos estrellas han subido un 31% de precio y los de una estrella ‘solo’ un 18%.
Los municipios más rentables para los hoteleros fueron Marbella, donde la facturación media por habitación ocupada ascendió a 188 euros diarios, Barcelona (152 euros), Estepona (148), San Sebastián (145), Sevilla (138), Sitges (133,2), Madrid (127), Adeje (118), San Bartolomé de Tirajana (117 euros) y Málaga (117 euros).
Y todavía no han llegado todos los turistas
Los datos de pernoctaciones hoteleras apuntan en la misma dirección. El mes pasado los hoteles registraron un total de 9,87 millones de viajeros, frente a los 10,5 que se contabilizaban en 2019. La diferencia se explica porque llegaron unos 700.000 visitantes extranjeros menos que quienes lo hicieron en 2019. Aun con todo, ya hay comunidades y provincias que se han recuperado. Es el caso de Canarias, País Vasco y Cantabria, que registraron más pernoctaciones incluso que antes de la pandemia.
En el Programa de Estabilidad remitido a Bruselas, el Ejecutivo cree que el buen comportamiento del turismo extranjero «permitirá mitigar parcialmente los efectos negativos que el alza de precios energéticos tendrá sobre los saldos y contribuciones del sector exterior a la actividad económica durante el 2022».