La extraña situación en la selección española: éxitos e ilusión en el campo… y un gran incendio en los despachos
Las sensaciones han sido inmejorables, con un juego fluido, vivo, ofensivo y vistoso que ha desembocado en una lluvia de goles que, en el fútbol de hoy en día, es difícil de ver. Jugadores como Rodri, Gavi, Carvajal o Morata se han erigido en los líderes –entre otros muchos y a la espera del lesionado Pedri–, aunque un nombre ha ilusionado por encima del resto: Lamine Yamal.
Tan solo 16 años tiene la perla del Barça, un jugador que apunta ser el crack del futuro del fútbol mundial. La prudencia tiene que ser máxima, pero pensar en ‘un Messi’ con pasaporte español ha desatado la ilusión en la afición.
La selección femenina se proclamó, hace poco más de tres semanas, campeona del mundo. Nada más y nada menos. La actitud de Luis Rubiales en la celebración ha eclipsado un éxito que el tiempo se encargará, seguro, de poner en su lugar.
Las jugadoras españolas son las mejores del mundo, pero exigen más, mucho más a la Federación. Todas las campeonas en Sídney anunciaron el pasado 25 de agosto –tras la Asamblea Extraordinaria de la RFEF en la que Rubiales anunció que no dimitía– que dejaban la selección hasta que se produjeran cambios radicales, y ni siquiera la salida del ya expresidente y la destitución de Jorge Vilda ha hecho que las futbolistas cambien su opinión: quieren cambios más profundos.
El deseo del CSD es que las elecciones sean en el primer trimestre del 2024
Todo ello con la lista para la próxima Liga de Naciones femenina este viernes, ya con Montse Tomé a los mandos.
Y mientras, Víctor Francos anuncia cambios en todas las federaciones deportivas y exige elecciones a la presidencia de la RFEF a comienzos del año que viene, al considerar que la Junta Gestora “se constituye exclusivamente para la convocatoria de elecciones, no para gestionar la Federación”. “El deseo del CSD es que las elecciones sean en el primer trimestre del 2024. Es un deseo expreso y la sociedad española no espera otra cosa. Cualquier cosa que sea alargar ese plazo no se entendería y además sería entendido por la sociedad española de una manera no adecuada”, afirmó Francos.