12 rosas al vacío y la democracia es hacer fotos
Al sexto dia, el sepulcro estaba vacio. Al sexto dia de los helicopteros y de las picotas y de las poleas y de los Hermanos Verdugo amenazados por la carcundia, hay en el Valle de los Caidos una niebla baja. Ni siquiera en el checkpoint hay bulla, sino el goteo de quienes pagan religiosamente -nueve euros y con tarjeta- por ver un trabajo fino de mamposteria historica.
Dani y Jenny vienen de Barcelona y pasan por el detector de metales una mochila donde llevan las viandas y la camara de fotos. La mochila conmemora el partido que inauguro Cornella-El Prat, el ultimo de Dani Jarque en vida. Se enfrentaron Español y Liverpool y se ve que la mañana empieza con simbolismo y muerte. O con simbolismo de la muerte. Por huir de metafisicas, se les pregunta por los dias de furia en Cataluña y Dani contesta con retranca: “Bastante peor que la exhumacion”.
En la cafeteria que hay junto al teleferico que sube a la gran Cruz venden loteria de Navidad, que este cronista compra en tanto que acaba en 43, el año en que la Division Azul se retiro de las estepas de Rusia. Un guia apura un montado y se despide hasta el viernes.
A las 11 de la mañana el prior Cantera da la misa (la misa de 11, se entiende. La primera con publico y sin Franco. Todo es liturgia benedictina y capas pluviales de verde, color liturgico de la Esperanza segun contaban los catequistas.
A comulgar
Cantera es como las fotos lo refieren, con un aire entre esbozo del Greco y ciclista abulense. El verde palidece su cara, que se difumina con las sombras de dos hachones que portan los monaguillos.
Este cronista se sienta a cinco metros de la lapida de Jose Antonio, tendiendo la mirada hacia el Altar sin destino, mientras una rejilla exhala del suelo algo parecido a calor.
Un periodista con barba y presuntamente gallego se ha empotrado en la misa y comulga solo por corroborar que Cantera era Cantera, y el pan, pan y Cuerpo de Cristo. Antes, cuando la consagracion, un timbre hace apagar las luces de la Basilica, solo queda iluminado el Cristo y Cantera parece entrar en un extasis; un extasis acostumbrado.
Ademas de ser ahora el epitome del “No pasaran” de cierta España,Cantera entona bien el Kyrie. En la misa se ven cuadernos sospechosos y un teleobjetivo filma al prior cuando en las plegarias larga un “alejen las envidias de este lugar sagrado”. La acustica de la piedra horadada hace llegar palabras sueltas: San Pablo a los romanos, Evangelio de San Lucas y asi.
Salto de la reja
A los cuatro minutos del ite missa est se produce, como en el Rocio, el salto de la reja: si bien aqui no hay reja sino una cinta que custodia la eternidad sosa de un suelo relleno.
Pronto llegan las dos Españas a voces: un padre se santigua frente a una baldosa, le reza algo a la baldosa y le dice a su hija: “Nos lo han profanado”.
Nostalgicos hay pocos, y frente a las normas de Patrimonio el personal tira fotos de esquinilleo ante un seguridad al que le gritan que “estamos en una democracia”. La democracia del selfie.
Nueve minutos despues de ir en paz con Dios, un tipo que se parece a Ferreras coloca en lo que fue la lapida seis rosas rojas y seis rosas, tambien unas ramas de romero. A Jose Antonio, este señor, le deja cinco rosas, se le pregunta el nombre y el porque de la ofrenda y mira al suelo y nos mira con un “bah” poco amigable.
La democracia es hacer fotos a las baldosas: ‘A Franco no lo podeis quitar de la Historia de España’
La señora que quiere sacar fotos porque es democrata y sacar fotos al suelo en un ejercicio de libertad y sufragismo sale por donde quiere, aunque lo hace frente al pobre segurata: “A Franco no lo podeis quitar de la Historia de España”.
En la puerta de la Basilica, al salir, la neblina va bajando a la la explanada. Montan guardia los periodistas, insisten a este cronista en hablar de Franco y solidariamente se presta a aparecer en el telediario que dan en Bilbao. La television publica vasca pregunta, mete el dedo en el tema ideologico y se le responde con la variedad forestal del monte de Abantos, hoy si con los colores del otoño.
Los gallegos
En la cafeteria un albariño Viña Corpeus cuesta lo mismo con cuerpo sepulto o con cuerpo exhumado: 16,60 euros. Una familia de Marin, Lugo, pregunta por comer en Segovia. Se le responde que en la calle de los bares y, en confianza, aseguran que no han venido ni “por morbo ni por nada”, que en Portugal “ni Cristo sabe donde esta enterrado Salazar” y que los periodistas son (somos un poco “pesadiños”.
Una chica de Barcelona, Laura, dice a voz en gritos a su padre por telefono que la toman “por analfabeta” por “preguntar tanto”. Lleva unas zapatillas imposibles, un piercing. Pregunta que que puede ver por aqui cerca y le responden que El Escorial o la berrea.
En un monovolumen mas azul que el que subio a los Franco llora un chiquillo rubio: “Unos gamberros han robado el tesoro. Unos asaltatumbas”. Al niño le prometen que va a comer una merlucita y se da por satisfecha su curiosidad historica.
Dos coches de la Guardia Civil patrullan. Calma en el Valle de los Caidos. La tumba vacia y un silencio de martes en un martes que parece domingo con lluvia y sin futbol. pero claro, faltaba Pilar Gutierrez. Y alla va ella, con su Corsa verde raruno. Ella, que quiso canonizar a Franco y se lo han bajado de las alturas a El Pardo.