Lo que les espera a los deportistas transgénero después del veto histórico de la FINA: así cambia la competición
Más del 70% de los miembros de la FINA aprobaron que se excluya de la categoría femenina a toda nadadora trans que haya comenzado su tratamiento de reducción de testosterona una vez pasada la pubertad masculina.
Para evitar esa ventaja biológica que los hombres tienen a nivel físico con respecto a las mujeres, la FINA se ha convertido en pionera en materia de preservar el deporte practicado por mujeres y ha anunciado que estudiará las diferentes opciones de crear una categoría aparte para favorecer la inclusión total y en la que presumiblemente competirán las personas transgénero.
Sin embargo, el Comité Olímpico Internacional no está exactamente en la línea de la FINA y anunció el pasado mes de enero una guía que provocó gran revuelo al ser, consideraban varios sectores feministas, injusta con las mujeres.
En cualquier caso, en los pasados Juegos Olímpicos de Tokio, la halterófila transgénero Laurel Hubbard cumplió su sueño de ser olímpica pese a estar en el ocaso de su carrera y sentó un precedente que será de nuevo foco de debate en París 2024.
La decisión de la FINA no tiene por qué ser la postura a seguir por el resto de federaciones internacionales pero sí debe de servir de ejemplo para instar a estas a tomar decisiones. Urge que se regularice la situación para encajar el papel de los deportistas transgénero en el deporte y entender su impacto sobre la supervivencia del deporte femenino en el que es uno de los grandes temas pendientes de la competición en el siglo XXI.